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sábado, 12 de junio de 2021

Santo Silencio

 Hay tiempos para llamarse a silencio, tiempos para callar, para no escribir, para enmudecer y simplemente habitar el Aliento de Dios.



Hay momentos en los que ya no queda en quién confiar, en que la muchedumbre abuchea a quienes han escapado de la arena, en que quienes quieren ayudarnos ya no pueden hacerlo y quienes pueden hacerlo han elegido otro camino.

En un vasto desierto carente de señales y donde los mapas se desdibujan entre espejismos y falsos peregrinos; nos quedamos a solas con Dios, que es el único que sabe, el único que puede, el único que ve y comprende, él único que conoce el plan mayor y los límites del gran tablero de ajedrez, donde solo podemos ver nuestra casilla.

La sociedad exige lo que a todos nos somete:

-          No escribas todo lo que sientes.

-          No cuentes tus miserias.

-          No pidas ayuda.

-          No te muestres vulnerable.

-          No compartas tus sueños.

-          No despliegues tus alas frente a los enjaulados.

-          No cuentes monedas frente a los pobres.

-          No muestres tu pobreza frente a los ricos.

-          No exhibas tus fracasos.

-          No hables de tus enfermedades.

-          No digas todo lo que piensas.

-          No desnudes miserias ajenas.

-          No brilles demasiado.

-          No seas tan diferente.

-          No ejerzas tu libertad.

-          No sigas el Sendero de tu Alma.



Sigo creyendo que la vida sería mucho más fácil y mucho más bonita si todos pudiéramos ser vulnerables, sensibles, compasivos, empáticos y fieles a nosotros mismos y por sobre todo, honestos y sinceros con todas las personas que comparten nuestra vida.  Sin embargo, a veces, algunas banderas y algunas verdades se toman como una afrenta o se vuelven el espejo de lo que otros no pueden ser, de sus frustraciones y sus miedos.

Hasta que no esté en mi lugar propio, no volveré a escribir o hablar sobre mi nueva vida en San Luis, porque aún no es una nueva vida y porque todo está entre paréntesis, una larga pausa en una sala de espera con mensajes contradictorios.

Ya no pediré ayuda, de ninguna clase, tampoco responderé preguntas, no daré explicaciones, ni reaccionaré a ningún comentario que tenga que ver con todo lo que ha sucedido en este año y que me llevó a quedarme sin hogar, sin lugar donde vivir y trabajar.

No estaré indefinidamente abusando de la caridad y la buena voluntad de las personas que me han recibido.  A veces me pregunto, si no debí seguir aquel impulso de abandonar todas mis pertenencias y simplemente partir con un par de valijas.

Sigo trabajando y sembrando en la medida que las circunstancias y los recursos me lo permiten.  Hago lo mejor que puedo en el momento y en el espacio en que estoy.  Solo Dios sabe.

La Abundancia no ha fluido como esperaba, creo que por primera vez en mi vida, estaba llena de esperanzas y estaba segura que  en un mes, lograría recaudar fondos para pagar un nuevo alquiler (con su mes de depósito, comisión si hiciera falta y gastos de mudanza).

Los números rojos se han multiplicado, este mes ni siquiera he podido pagar la boleta del celular, la tarjeta de crédito y la financiación de los recursos que uso para trabajar.

Seguiré publicando todo aquello que tenga que ver con mi trabajo, hasta donde sea posible.  Seguiré sembrando y atendiendo lo sembrado.



Si sientes auspiciar mi trabajo literario, holístico o terapéutico, puedes conocer toda mi tarea en mi página web; encontrarás todo sobre mis libros (digitales y artesanales), mis mazos de cartas para TarotEvolutivo, Terapias Holísticas y Accesorios Espirituales / Energéticos:

Si quieres conocer sobre mi ‘aventura’ y el huracán que me transportó desde San Juan a San Luis, puedes seguir mi historia en mi canal de YouTube o en mi Blog de crónica personal. o en el Blog de Ejercicios Pensantes, Sobre los otros y el fanatismo

Si quieres ser parte de una red de Luz y Buena Voluntad y colaborar con la reconstrucción de Puentes, puedes comprar mis libros(artesanales o digitales), mis accesorios espirituales o si estás en San Luis, parte de los saldos que quedan de la Pequeña Tienda de Susannah.  Si quieres realizar una contribución amorosa, puedes comunicarte por whatsapp o email para indicarte las opciones disponibles.  Además, puedes compartir y difundir mi tarea  desde mi página web, mis páginas en Facebook o mi canal de YouTube.  Recuerda que tus comentarios debajo de cada vídeo en mi canal deYouTube, ayudan a mantener activo el tráfico y por lo tanto aumentar la monetización de los vídeos (que viene bastante estancada).

Recuerda que siempre está disponible la sección Recursos en mi página web y la Sala de Lectura, con contenidos gratuitos para ver, escuchar, leer o descargar.



Estoy inmensamente agradecida de todas las personas que con poco o con mucho han colaborado en este tiempo tan difícil.  Cada quien ha dejado una huella profunda en mi corazón y ha contribuido para que muchas personas puedan seguir disfrutando de mi producción literaria, mi trabajo creativo u holístico.  Que cada persona sea bendecida y que cada contribución sea multiplicada 70 veces 7 para que la Abundancia fluya en sus vidas.



Me recluiré en Santo Silencio, en lo que a mi vida se refiere.  Solo haré las publicaciones que sostienen la difusión de Puentes y mantienen viva la siembra.

Comparto esta práctica que retomaré a partir de hoy:

LOS 7 PASOS DEL CAMINO NARANJA PARA HACER UNA PROFUNDA

LIMPIEZA ESPIRITUAL

1- ENTRA EN SANTA CERTIDUMBRE

La vida es como un rio, deja que fluya, no la trabes con tu angustia. Practica la santa certidumbre, Confía.

Encontraras más información en el entrenamiento del desierto, en la parte final de MORGANA.

2 -LLAMA A LA LUZ

Llama a la Luz en tu auxilio. Entrégale el proceso, pídele ayuda, deja entrar la claridad. Ora.

Aquí va la oración perfecta, la que "Te eleva por encima de esa circunstancia", es la oración básica del Camino Naranja

Tuyo es el Reino, el poder y la Gloria.

POR TODOS LOS ANGELES Y ARCANGELES QUE CAMINAN CONMIGO POR ESTA TIERRA, TODA OSCURIDAD HUYE, SE DISUELVE, SE EVAPORA.

ME INCLINO ANTE TI, Creador de todos los universos, y recibo la luz del paraíso.

En mi mundo se instaura ya mismo TU PERFECTO ORDEN DIVINO.

AMEN QUE ASI SEA Y ASI ES


3 - ORDENATE

Haz todo lo que puedas de tu parte para ordenarte. Ordena tus tiempos, disciplínate. Ordena tu casa. Y ordena la situación, en lo posible. Haz un plan de acción y una estrategia concreta con lo que depende solo de ti

4 - AYUNO DE DULCES

Haz ayuno de dulces, por tres días y toma mucha agua.

Esta es una profunda purificación emocional.

5- AYUNO DE ALIMENTOS SOLIDOS

Haz ayuno de todo alimento por 1 día, tomando solo líquidos.

Nos ayuda a "Elevarnos por encima"

6- AYUNO DE PENSAMIENTOS

Haz ayuno de especulaciones mentales por 3 días.

Es la máxima purificación espiritual que puedes hacer.

7 -SANTO SILENCIO

Entra en Santo Silencio, habla solo lo necesario y espera a que la luz te revele los próximos pasos a seguir.

Ahimsa

Paz y bien

Hania Czajkowski



Dios ha de querer que la próxima vez que escriba sobre mi vida, sean solo buenas nuevas.

Susie

 

martes, 25 de mayo de 2021

Suficiente

 

Debería ser suficiente:

·         No estoy en la calle ni a la intemperie.  Duermo cada noche en un lugar seguro, aún sobre mi cómoda cama.

·         Puedo regalarle a mi cuerpo dolorido una ducha caliente cada día.

·         Mis actividades me han permitido comprar los alimentos que me hacen bien y elegir qué comer.

·         Aún conservo todas mis pertenencias aunque estén amontonadas sin poder darles uso.

·         He podido invertir en insumos para seguir creando.

·         Hay personas amorosas que están pendientes y me cuidan aquí sin quitarme el aire.

·         Algunos días puedo caminar en el parque cerca del río y he recuperado una armonía física que había perdido hace mucho tiempo.

·         Tengo y espacio y tranquilidad para realizar algunas de mis actividades.

·         Nadie me corre, nadie me apura, ni hay fechas que cumplir.

Debería ser suficiente, pero no lo es.



Consolarse con que podría ser peor, es resignarse que no puede ser mejor.

No es mi espacio, no es mi lugar, no son mis hábitos, no son mis horarios, no es mi energía, no son mis cosas.

Miro mis cosas: los bultos, muebles, electrodomésticos y cajas  amontonadas.  Me asfixian, me agobian, me quitan espacio para moverme y les quitan espacio a otros para disponer de sus rincones.  Las miro y me cuesta imaginar que tendré pronto un lugar donde acomodar todo.

A veces, tengo la energía y el entusiasmo para trabajar, crear, planificar y seguir sembrando.

Otras veces, quiero dormir hasta que Dios acomode mi vida.

Y algunas veces, quiero salir corriendo, despojarme de todo y desaparecer sin dejar rastro.

No es ingratitud, estoy inmensamente agradecida.

Apenas ayer, hice una publicación en el blog de mi página web con un balance de las bendiciones en estas tres primeras semanas en San Luis.

Agradezco y bendigo, pero no alcanza.

Para alquilar un lugar apropiado para vivir y trabajar hacen falta números, resultados concretos, soluciones tangibles y algo más que fe y buena actitud.



Sí, estaba convencida que en un mes podría generar dinero suficiente para pagar mis gastos y además ahorrar para mes de alquiler, mes de depósito y gastos de mudanza.  Quedan apenas 6 días para que termine mayo y eso no ha sucedido aún.

Me sé toda la teoría, me la repito todos los días: Dios todo lo puede, Dios siempre tiene planes que ignoramos, la paciencia y la calma es lo único que puede salvarnos…

También sé que estamos en pandemia y en confinamiento (en Argentina) y que es un mal momento para todos.

No me interesa, no me importa, no me alcanza, no me sirve.

Tengo 56 años y reclamo mi derecho a vivir dignamente, a ejercer mi libertad plenamente, a disfrutar mi vida, a elegir cómo y cuándo; a ser yo sin apocarme, encogerme, apagarme o volverme invisible.

¿Qué haría si tuviera suficiente dinero?

Elegiría alguno de los lugares que realmente me gusta para alquilar, no me importaría si tuviera que pagar comisión y mes de depósito o no me preocuparía por calcular cuántos libros tengo que vender para pagar cada mes o por cuántos requisitos no cumplo.



Hoy, me duele el pecho y el río de mis lágrimas se desborda ante el menor detalle.

Hoy, me duele Blackie que deambula perdido, sintiéndose abandonado. 

Hoy, me duelen las personas que amo y que están convencidas que merezco todo lo que me sucede por no hacer lo que ellos aprueban.

Hoy, me colma la frustración y la impotencia, todas las semillas que aún no han germinado y desbordan vida bajo una tierra agreste y oscura.

Hoy, me apena vivir en este país y sentirme una refugiada sin derechos ciudadanos.

Hoy, me duele la indiferencia de quienes condenan mis decisiones.

La vida es para vivirla plenamente, no para sobrevivir con migajas.

Las alas son para volar y el cielo, el cielo es inmensamente infinito, para recordarnos que sola la mezquindad humana construye fronteras y destruye Puentes.

Susie

Susannah Lorenzo©

Puentes en reconstrucción

Dejo el enlace para la entrada que escribí con el balance de las 3 Semanas.



miércoles, 17 de marzo de 2021

Adagio en dolor sostenido

 


Nos endurecemos

nos enquistamos

nos enfadamos

nos amargamos

nos apagamos

y nos agotamos,

aferrados al dolor

de la injusticia

que creemos no merecer.

 

Nos paraliza el miedo

de lo que no se controla

de lo que no se anticipa

y lo que no se conoce,

de lo incierto

y de lo efímero.

 

Dejamos de reír y bailar,

perdemos la ternura

nos quedamos sin dulzura

olvidamos el placer

y nos clavamos cruces

en el pecho

para perpetuar la agonía

de lo que no llega,

lo que se fue,

lo que no está,

lo que nunca será

o lo que fue arrebatado.

 

Nos cargamos de culpas

ajenas y propias,

de juicios y prejuicios

de turbaciones y deudas,

de delirios y espejismos.

 

Mientras tanto,

la vida se deshace

como arena entre las manos,

burbujas de jabón

de una niña dormida en el desván,

palabras que callamos,

gritos que guardamos,

lágrimas que ahogamos,

sal que nos convierte en desiertos,

silencios donde naufragan los sueños,

ataduras que nos laceran el alma,

heridas que pueblan el horizonte

y enceguecen la visión.

 

Mientras tanto,

alguien se duerme sin nuestros besos,

alguien espera una caricia,

alguien aguarda el amor que perdimos,

alguien nos mira sin ser visto,

alguien respeta nuestra distancia,

alguien confunde nuestro enojo,

alguien desconoce nuestro silencio,

alguien se pierde de nuestros colores,

alguien se priva de nuestra ternura,

alguien suspira mientras la música

dormita y el tiempo se acaba.

 

Soledad Lorena©

Tejedora de Palabras

Susannah Lorenzo

Tejedora de Puentes

 

17 de marzo de 2021

01:13 de la madrugada

Mozart Effect en mis auriculares para calmar el estrés, una neuralgia de tres días y bajar la hipertensión que azota mi cabeza.

Blackie descansa muy cerca, lleva días con los ojos tristes; hace tiempo que no le dedico un momento para mimos o juegos.  El apenas si me mira paciente y espera.

¿Será que podremos disfrutar cuando todo se solucione?

¿O será que tenemos que disfrutar para que todo mejore?

Llevo tanto tiempo tratando de estar bien, que las pocas lágrimas que la música logra liberar, duelen y queman en mis ojos como un río de sal.

Susie asustada y abatida

(Tanto que resolver, tantos intentos fallidos; no saber dónde podemos habitar y crear desequilibra todas las emociones.)

martes, 9 de febrero de 2021

Sin tablero

 Sí, otra vez: las paredes desnudas, la hoja en blanco, las aguas inciertas, el camino sin destino, los cazadores de libertades, la vida que ha de caber solo en cajas, el salto al vacío, las certidumbres que se desmoronan y el tablero que cambia de reglas y peones.

A los 56, una espera ser la Reina que se mueve en cualquier dirección, que no se somete a la voluntad finita de los Alfiles y tampoco se resigna a sucumbir en una Torre donde las alas se mutilan ante condenas pedestres.

Sí, la vida es como un gran tablero de ajedrez y Dios se entretiene desbaratando el tablero y provocando en cada pieza sus oscuridades y luces.

Si lo pienso, cada vez que jugaba al ajedrez, prefería ser las ‘negras’, esas que nadie elige.  Tenía la sensación de que las ‘blancas’ podían ser lobos disfrazados de cordero y que su inmaculado color era apenas una estrategia.

De algún modo, en la vida, es un recursos poderoso moverse entre las piezas oscuras de las huestes que no tienen paz; reconocer los matices, identificar estrategias y esconder nuestra Luz hasta que en una jugada magistral, nadie dude el poder de nuestra magia.

Susie

Susana Lorenzo©

09 de febrero de 2021




martes, 20 de octubre de 2020

Desde el pozo

Tomar siestas en el fondo del pozo no es para cobardes.  Es allí donde cuelgan como trofeos todos nuestros grandes errores y donde las frustraciones pueblan las sombras de miedos ancestrales.

Una se induce en sueños espesos y asfixiantes, a sabiendas de que no habrá islas paradisíacas, amores encantadores o revelaciones sublimes.  Cada siesta será un viaje por los rincones olvidados de las cavernas del pensamiento.



Allá afuera: un ejército de orcos reclamando lo que no tengo; una horda de jueces sentenciando las equivocaciones; un rebaño de pedestres censurando mis alas; una larga lista de pendientes, una maraña de problemas que requieren pronta solución y una lluvia de incertidumbres arreciando sin piedad.

Aquí: un cuerpo maltrecho, los escudos oxidados, la piel marchitándose sin abrazos, las arcas vacías; la cocina es apenas una trinchera donde se miden raciones y el corazón, el corazón es un jardín maltratado por Monzones y Simunes.

Aquí puedo estar desnuda, sin esconder mis ojeras, sin inventar sonrisas, sin fingir alegrías, sin dibujar excusas ni anestesiar verdades, sin disfrazar esta desazón que se apodera de mis músculos.

Sé que no hay salvadores ni rescates.  Si enviara señales, caerían un puñado de migajas y un par de frases hechas de manual de auto ayuda.

Los pozos son invisibles, aunque sus bocas estén señalizadas con jirones de piel y carteles escritos con sangre.  El solo olor de las lágrimas en el aire, mantiene a distancia cualquier ser humano.  Los Indiana Jones solo buscan tesoros tangibles y jamás se calzarían las botas para transitar pantanos de emociones.

Antes, quería que el pozo me llevara directo al mar donde Alfonsina escribió su último poema.  Me dolía la indiferencia, la impavidez y la crueldad de quienes juzgaban mi sensibilidad o simplemente la ignoraban.

Ahora, ya no escapo, no huyo, ni me apuro.  Los milagros no suceden en tiempos humanos.

En medio del cansancio y de la bruma, cada tanto un rayo de sol inunda mi cama o la luz de la luna puebla mis insomnios.  Los tomo como promesas, los disfruto desde la celda de las circunstancias mientras por enésima vez, me repongo, me sano, me curo,  me rearmo, me reinicio, me recupero y pacientemente mido mis esfuerzos, porque de nada sirve remar cuando el mar se ha vuelto un desierto de salitre.

En algún punto, la salud volverá; llegará una señal del cielo, lloverán Bendiciones y  Dios me hablará claro al oído.

Mientras tanto, me quedo muy quieta, apago las luces para ahorrar energía y evitar que las huestes que merodean, manden sus aves carroñeras.

Aguardo a que la siembra, en algún punto cumpla su ciclo.

Confío en que los cielos anunciarán buenas nuevas y un par de semanas de abundancia, me devolverán la salud y la fuerza.


Nadie allí afuera tiene la culpa de lo que me sucede.  Yo tampoco la tengo.

Cada quien hace lo mejor que puede con los recursos que tiene, la salud que Dios nos dispensa, y el nivel de consciencia que nos permite ver más allá de las urgencias.

Hay circunstancias que exceden nuestra voluntad, hay aprendizajes colectivos que a cada quien afectan de diferente manera porque lo encuentran situado en realidad únicas.

Como en el cuento de la Bella Durmiente, me duermo bajo un hechizo inevitable.  Solo Dios puede posar su mano en mi pecho, tocar mi corazón y devolverme la magia.

Susie©

Susannah Lorenzo

Martes 20 de octubre


Deseos al viento

Deseo un recreo, un largo recreo en el que Dios me despierte y las cuentas estén al día, la casa sea cómoda y segura, con calefacción en invierno y ventilación fresca en verano y los espacios aptos para trabajar y vivir; una heladera para gente normal que esté llena cada semana de alimentos que a mi salud le hacen bien; los problemas se hayan solucionado y mi única obligación sea trabajar en todo lo que Jefesito me pide, alegra mi corazón y brinda Bienestar y bien mayor a quienes acuden a mi espacio.

Es agotador cuando intentas una y cien siembras, cuando produces y no vendes, cuando compras y tampoco vendes, cuando siembras y te quedas sin recursos; cuando cada mes debes decidir y elegir entre comer o pagar tu alquiler, entre comprar insumos o pagar las deudas, entre sobrevivir o vivir. Sé que hay situaciones peores, al menos, somos apenas Blackie y yo. Pero después de una larga vida de esfuerzo, sacrificio, siembra, rearmar, reinventar, saltar de la zona de confort, aprender y reaprender, vendría bien, de vez en cuando, un tiempo para disfrutar y trabajar en la paz de una vida digna y sana.

Cuando era muy pequeña y durante casi toda la infancia y la adolescencia tenía la misma pesadilla, necesitaba gritar y no podía, mi voz no salía; necesitaba correr, avanzar, escapar, y mis piernas no se movían.  Ya no tengo ese sueño, pero mi realidad cotidiana se parece bastante.

Los exilios en el pozo han sido muchos y largos en 2020, las energías que nos rodean, las personas, las actitudes y las dificultades me agotan de un modo en el que apenas puedo conmigo.

Si Dios aún me necesita aquí en este planeta, El sabrá encontrar la manera.

Let go.

Let God.



Realidades sin metáforas ni eufemismos

- La abultada boleta del celular del mes de octubre está pendiente, por lo tanto hay fecha inminente de corte.

- No puedo seguir recargando datos en mi celular para usar internet porque ya he excedido todos los límites y estoy en deuda, por eso no estoy creando contenidos o no estoy subiendo vídeos.

- Estoy retrasada con el alquiler de septiembre y octubre y varios meses de servicios.

- Aún estoy con una conexión precaria de energía eléctrica y sin medidor, por eso estoy limitada en los aparatos que puedo usar.

- La sala de masajes y el baño tienen un corto circuito en la conexión eléctrica por lo tanto hace meses, que estamos a oscuras en esa parte del departamento.

- El nuevo contrato de alquiler está pendiente hasta que pueda ponerme al día con todo lo que debo.

- No ha habido ventas de libros ni de la pequeña tienda en las fechas especiales, las personas prefieren comprar donde hacen entregas a domicilio.

- Aún las propuestas más creativas y renovadas en este 2020 no han tenido ningún éxito.

- De los alimentos y bebidas que mantienen mi metabolismo y mi cuerpo en equilibrio, nada queda, pero al menos, hace poco recibí un pedido de suplementos que compensará la mala dieta.

- Ya casi no pido ayuda, salvo la "pasada de gorra mensual para poder seguir generando contenidos gratuitos y sorteos".  Los pedidos de ayuda  generan largas colas de personas dispuestas a emitir sus opiniones y juicios basados en su realidad y colaboran con una larga lista de consejos sobre lo que debería hacer o no hacer.  Hasta ahora no he conocido una sola persona que pueda opinar desde una situación similar a la mía o que haya tenido la valentía y el amor, de vivir 48 horas en mi cuerpo, en mi vida y en mi espacio.

- Las oraciones, las plegarias y los buenos deseos siempre suman.

- Las pequeñas ayudan hacen más fácil la vida cotidiana y siempre renuevan la esperanza en el corazón.

Gracias

Susana

solelor@hotmail.com









miércoles, 20 de mayo de 2020

Agotada en cuarentena


Cuando nos sentimos agotados, como si nuestra energía se hubiera drenado por cada uno de nuestros poros y no hay días ni horas que alcancen para recuperar el sueño o sentirnos vitales y frescos otra vez, es tiempo de revisar nuestros patrones de conducta, pensamientos y nuestra forma de sentir.

¿Qué fue lo que pasó conmigo en esta primera mitad del año?  Siento que necesito unas largas vacaciones, en spa con todo incluido, para hacer nada, comer sano, recibir masajes y no tener que ocuparme de resolver ningún problema, ni siquiera el menú del día.

Durante la época de aislamiento social, he seguido atendiendo personas a través del celular y whatsapp y he continuado dando clases a quienes optaron por continuar con el sistema virtual.  

Reconozco, que 8 de cada 10 días, me paso el tiempo vestida en piyamas, y aunque tomo una ducha diaria, sólo me maquillo los días que grabo vídeo y uso ropa para estar cómoda en casa, incluyendo pantuflas.

Digamos, que esta cuarentena ha sido como un largo domingo, a cara lavada, con bata y ropa que está a mitad de camino entre la comodidad y el desgano.  De algún modo, se fueron pasando los días y dejé de usar las piedras y cristales de protección.  Parecía no tener sentido usar un japa mala (más que para la hora de la meditación), las pulseras o anillos para armonizar mis energías.

De algún modo, creemos que sólo debemos proteger nuestras energías cuando nos encontramos con personas cara a cara, pero quienes somos sensibles (niños esponjas), podemos captar y absorber energías de otras personas con una llamada telefónica o un intercambio de ‘radares’ durante las horas de sueños.  Solemos bajar la guardia con las personas que amamos, sin embargo en estos momentos de crisis, debemos guardar el equilibro entre dar y recibir y entre escuchar y ser escuchado.

He aquí un listado de todo lo que hice mal durante estos meses de soledad absoluta:


  • Dejé de usar piedras y cristales (amuletos, anillos, pulseras, japa malas y collares).
  • Me ocupé de ofrecer ayuda a cuanta persona se viera afectada por esta cuarentena.
  • Ofrecí descuentos en todos mis servicios y terapias.
  • Bajé la guardia con familia y afectos.
  • Dejé que muchas personas me usaran como un lugar donde desagotar sus miedos, furias, angustias y conflictos no resueltos.
  • Me preocupé por todo lo que estaba sucediendo a mi familia, hijos y nietos, sabiendo que no hay nada que pueda hacer por cambiar sus realidades.
  • Me enfoqué en ‘trabajar’, generar ingresos y pagar cuentas y mantenerme activa a pesar de la cuarentena.
  • Dejé de hacer lo que me gusta, por el simple placer de hacerlo.
  • Dejé de conectar con lo que tenía ganas de hacer y me obligué a hacer todo aquello que parecía mantenerme a flote durante la tormenta.
  • Me ocupé tanto por cobrar y pagar que llegó el momento en que me sentí vacía, agotada y sin fuerzas y entonces, dejé de crear, brillar y ser parte de la abundancia del universo.
  • Saqué el disfrute y el placer de la ecuación.
  • Quise tomar el control de mi pequeño bote perdido en la gran tormenta del océano.
  • Olvidé que los milagros sólo son posibles cuando Dios está a cargo de mi agenda.


En inglés se llama ‘burnout’ cuando el cansancio y el agotamiento físico y mental nos enferman y nos quitan claridad.  No es la primera vez que me siento así desde que comenzó la cuarentena.  Eso no es bueno.  Estoy haciendo cosas que ya no tengo ganas de hacer y me siento tan desgastada que no tengo fuerzas ni energía para hacer lo que tengo ganas de hacer.

Será tiempo de dejar que el bote simplemente flote, sentarme a leer un libro y confiar en que Dios, sólo él, sabe cómo, cuándo y dónde.

Hace unos días o semanas (ya perdí noción del tiempo), escribí en mi blog, sobre sensibilidad y empatía.  Creo que no sólo estaba buscando concientizar a otras personas o mostrarles a los sensibles que no están tan solos, sino que buscaba que la gente a mí alrededor se diera cuenta que necesitaba ayuda, contención y paciencia.  Algunas personas se sintieron identificadas con esa publicación, pero ninguna persona a mi alrededor cambió su actitud, su indiferencia o sus exigencias.

Porque, en realidad, soy yo quien debo contenerme, ser paciente conmigo misma y permitirme ser débil, estar asustada y no poder resolver todo lo que se supone que debería.


Cuando tomé la ducha hoy, me vestí con piyamas otra vez, me encantan; si pudiera tendría una colección de ropa cómoda para hacer fiaca en la casa y que se viera tan bonita que pudiera salir a caminar con ella.  Sin embargo,  me puse el relicario con mi talismán de virgo y el orgonito que dormía en un cajón; las piedras/cristales tienen propiedades que son ahora más útiles que nunca.

Desde hace un par de días, cuando no estoy fuerte, cuando las energías de otras personas me agobian, tomo distancia y digo ‘no’.  Porque quien no tiene la decisión de hacer cambios en su vida, tampoco tiene el derecho de usarnos de desagote o muro de lamentaciones.  Se puede acompañar con respeto, empatía y cariño, pero lidiar con tormentas solares ajenas o escuchar una letanía de quejas que jamás cambia, no es sano para quien escucha ni edificante para quien construye su realidad desde lo que no puede cambiar.

Estoy cansada, muy.
Me siento enferma, muy.
Mis energías están tan bajas, que hay momentos durante el día que mi cuerpo se enfría de tal manera, que no hay manta que me de calor; y eso, que aquí, aún no llega el invierno.

Necesito ocuparme de mí, protegerme, cuidarme, consentirme, relajarme.  Necesito extender las alas y planear sobre esos cielos que nadie transita.  Necesito hacer siestas en mi bote y despertarme cuando Dios, haya resuelto el curso.

Susie
Susannah

Pronóstico: inestable con probabilidad de viento y chaparrones.


sábado, 11 de enero de 2020

Escape

Una quiere ir allí donde los rostros cotidianos no te recuerden la medida del dolor.

Una desea armar valijas y mudarse  a un sitio donde la soledad se calcule por cantidad de habitantes desconocidos.

Una cree que la distancia y el destierro nos ayudan a lidiar con las astillas en el pecho.

Sin embargo, Dios siempre encuentra otro espejo, otro nombre y hasta perfecciona sus pruebas y desafíos, para mostrarte que aún la persona más inofensiva, puede con un gesto de compasión despertar tu decisión de sufrir.

Susie
Alunada y eclipsada
© Derechos reservados
Susannah Lorenzo
Tejedora de Puentes



viernes, 3 de enero de 2020

Sobre tormentas y desamores

Tormenta solar de emociones
29 de diciembre

Tantos años dormida bajo mantos de hielo, bajo eones de tiempo; escondida bajo kilos de obesidad, entretenida en aprendizajes y meditaciones.

Y de repente, despertar así, con la persona equivocada...

Yo, qué tanto le pedí a Dios que después de la castidad y  la autosanación, sólo llegara el buen amor.

Yo, que creí que nunca volvería a llorar por un hombre.

Yo, que creí que estaba tan evolucionada, tan instalada en mi paz, que nadie podría quitarme el aliento ni embravecer mi mar.

Aquí estoy, llorando a mares, intentando dilucidar este mar de emociones que se activa con el gesto más mínimo, con la señal, más tenue y con un puente de energía que inevitablemente reúne nuestras almas en el espacio invisible.

Te lo dije, Dios, tenía que ser un hombre de buen corazón, dispuesto a amar y ser amado.

No sé qué imaginaba, quizá una atracción magnética instantánea, un amor a primera vista o un deslumbramiento.

No imaginaba una construcción lenta y pausada de una ternura que me puede, un puente inimaginable entre dos seres tan distantes y tan ajenos.

Coincidir en el tiempo, en los instantes, en los sueños, en la anticipación, en la alegría y sentir mis mariposas dar saltitos cuando está por llegar...

Estar aquí de este lado del puente con 55 años y más de 90 kilos, sintiendo cómo mi energía se enreda con la de un hombre mucho menor, parece un chiste de mal gusto, una ironía del destino, un examen espiritual con golpes bajos.


Yo sé que es necesario, que es bueno estar viva, que mi Shakti necesita activarse y que todo esto es parte del desbloqueo de mis chakras.

Pero, ¿podemos dejar el aprendizaje y la maestría de lado?

No sé qué me da más bronca o me enoja más:

¿Que coincidamos en tiempo y espacio y su alma salga a mi encuentro?
¿Que su corazón y su mente se hagan los distraídos?
¿Que mi cuerpo esté averiado, gordo y enfermo no apto para seducir y vivir esta pasión que se arremolina en su nombre?

Como dice el poema, su mirada me puebla el insomnio y puedo sentir su energía en cada rincón de mi ser. (Puedes leer el poema en el blog Pétalos del Corazón, Poema Irreverente)

¿Y quiero hacer como siempre, sepultar y anestesiar y dejar de sentir todo esto?

Me encanta todo lo que siento, aunque me lleve del llanto a la euforia.  Pero, ¿por qué no puede ser con la persona correcta?

¿Qué es lo que quiere de mí, Dios, ahora?

Los miedos que me habitan quieren escribir mil conjuros para que desaparezca de mi mapa y no vuelva a cruzarse en mi camino.

Y la mujer del río profundo quiere que escriba un solo mensaje, se fabrique una invitación o me toque el corazón con una palabra.

Mientras escribo, escucho: Entra en mi vida – Sin Bandera


Susie en desvarío





Escritura post tormenta solar

Manifiesto de Amor (Blog Pétalos del Corazón)

01 de Enero de 2020

Pensé que me amaba a mi misma y por eso no necesitaba a nadie para ser feliz.  Entonces, pensé que podría vivir sola y tranquila.

Pero eso no es, en verdad, amor propio o autoestima, es sólo un escudo para sentirme a salvo.  Si te amas lo suficiente a ti misma, puedes amar a alguien más y no tener miedo de ser rechazada por tus defectos.

Darme cuenta que me estaba enamorando de alguien y que mi Shakti estaba nuevamente despierta, produjo diferentes tipos de emociones, tormentas solares y océanos bravíos.  Pero principalmente me mostró que Yo creo que mi cuerpo no es apto para seducir al hombre que ha despertado mi corazón.  A pesar de la hermosa energía y atracción de almas, eso, dentro mí no era suficiente porque en algún punto, él vería solamente lo que yo veo en el espejo: una mujer de 55 con sobre peso y prolapso.

Antes de que llegara este corazón distraído a despertarme, sabía que mi sobrepeso era la perfecta vacuna contra la seducción.

Así, me dejé arrastrar en una espiral descendente de lástima por no ser 'apta' para él y dejando que se llenara de sombras este hermoso sentimiento de amor, ternura, cuidado y magia de almas.

Pasé varios días de mi retiro y desintoxicación de las redes cultivando una conversación negativa en mi mente, llenándome de expectativas dramáticas y nefastas y sintiéndome avergonzada porque amaba a alguien más joven que yo.  Y el problema real es que en verdad no me amo lo suficiente.

Como siempre, el problema no está allí afuera, en quien nos quiere, quien nos cuida o quien nos deja de amar.

El problema es que tenemos más expectativas y exigencias sobre nosotros mismos que lo que las demás personas pueden tener.

La culpa y el remordimiento sólo entran allí donde la inseguridad nos llena de sombras y miedos; allí donde el amor que podemos sentir por los demás, no nos abraza con ternura, sabiéndonos poderosas, bellas, sensuales y dichosas.

Cuida quien te quiere, cuida quien te cuida.

Susie despierta



Playlist para el hombre distraído que despertó mi corazón.

domingo, 7 de abril de 2019

Ser

Allowing is the easiest way to vibrate according to the laws of the universe.  Yet, remembering who we actually are can be really painful and scary.  Why?  Because we are born with our gifts and talents, fully aware of who we are and what we enjoy doing.  If we are not celebrated, welcome or loved for our uniqueness, we tend to shut down, isolate and hide everything which might make us feel less loved. 
Later in life, when our soul stirs the underground river and calls our higher wisdom to help us remember the way home, we not only start to remember who we truly are, but we also recall the painful feeling of being neglected and rejected for our most sacred gifts and blessings.

Venimos a este mundo llenos de magia, con la intuición despierta, con los sentidos totalmente alertas a mundos invisibles, con la capacidad de jugar con nuestros sueños y creer que nuestro amor todo lo puede y nuestra mente es apenas un recurso más de nuestra infinita colección de talentos.

Llegamos con la capacidad de amar a cualquier ser vivo y nos sentimos con derecho de ser inmensamente amados.  Buscamos en el mundo que nos rodea la seguridad, el calor y la contención que nos brindaba el útero materno y esperamos que quienes nos reciban celebren todo aquello que traemos con nosotros.


Ignoramos que más tarde o más temprano, los miedos y frustraciones ajenos nos moldearán; la rigidez del sistema intentará encorsetarnos y la libertad de Ser se volverá una prolongación de quienes no supieron o no quisieron Ser.

La intuición, la sensibilidad, la capacidad de ver lo invisible, la magia, la inocencia, el juego y la despreocupación se combaten tan pronto como el niño tiene edad de ser escolarizado y se vuelve un proyecto de adulto decente, productivo y responsable.

Hay una necesidad imperiosa de que el otro sienta, piense y actúe como nosotros; eso, aparentemente, nos brinda seguridad y estabilidad.  Porque hemos perdido la capacidad y la habilidad de asombrarnos de lo desconocido y porque tenemos pánico de descubrir aquello que nos ha sido prohibido.

En la vida adulta, más tarde o más temprano, nos invade el desasosiego, nos sentimos vacíos, enfermamos, nos deprimimos o simplemente andamos por el mundo, desconectados de la divinidad que nos habita, exiliados de nuestra propia alma y extranjeros en nuestro propio cuerpo.

Dios siempre sabe, nos da la oportunidad de regresar; el alma intenta cambiar el curso para recuperar el equilibrio, para que volvamos a ser Libres de Ser, para que la paz despeje todo miedo y toda carencia y para que el amor nos habite más allá de condicionamientos ajenos.

Se requiere un acto de coraje, recordar aquello que olvidamos en la niñez, retomar el curso, desarmar los guardias de la mente, derrocar la inquisición social que nos perturba y devolver el timón a nuestra alma.

Ser lo que realmente somos, brillar con nuestra propia luz, confiar plenamente en Dios y hacer ejercicio de la Fe nos devuelve a la soledad y el abandono del niño rechazado, de la niña asustada; del que es juzgado, criticado y condenado.

 "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de los que no se ve".Hebreos 11:1

Sin embargo, cuando el juicio de quienes amamos nos atraviesa el corazón como una daga, es porque aún nosotros mismos albergamos el juicio condenatorio de dudar de nuestros dones.

Cuando la aceptación de nuestra fe y de nuestro camino con Dios nos aleja de quienes creíamos tan cerca, vemos en el espejo esa niña sensible que aún espera ser querida y aceptada y aprendió a callar para no ser rechazada.

Postergar nuestra misión, ocultar nuestros dones y dudar de los mensajes divinos, puede temporalmente devolvernos la aceptación, el cariño y la aprobación de quienes nos rodean.

Inevitablemente, la sumisión, la renuncia, la vergüenza y nuestra propia desaprobación, nos alejarán de nuestra esencia, de quien realmente somos y del camino con Dios.  Cuando luchamos en nuestro interior por negar aquello que necesita brillar y expresarse, se genera un conflicto; el conflicto nos quita paz; la falta de paz causa pesadillas, altera el sueño, enferma nuestro cuerpo y nos roba la alegría.

Nos sentimos solos e inseguros porque dejamos de escuchar, porque dejamos de sentir la presencia de Dios en nuestra vida.

Cuando dejamos que las inseguridades, miedos y frustraciones ajenas alienten un instante de duda en nuestra mente, el miedo nos coloniza sin piedad, anulando nuestros sentidos, alejándonos del camino y dejándonos a la deriva, a merced de manipulaciones y desaires de corazones que aún no emprenden su camino.

Si seguimos esperando que vean lo que vemos, si seguimos creyendo que tienen que alcanzarnos en el camino, si seguimos pidiendo que sientan al menos la mitad de lo que sentimos; entonces sí, estamos juzgando y criticando así como hacen con nosotros.

Cada quien viene a este mundo con su cuota de compasión, su nivel de sensibilidad, su intensidad de magia y su capacidad (o incapacidad) de ver más allá de su ombligo.



Ya no voy a disculparme, por ser extremadamente sensible, por ser pasional, intensa y compasiva; por tener todos mis sentidos desarrollados en su máxima capacidad; por creer para ver, por hablar con Dios, por elegir disfrutar de la vida, por necesitar Ser, por buscar ser libre, por tener alas, estrellas y hadas; porque mi mano tenga la capacidad de tocar tu corazón y mi palabra pueda acunarte el alma. 
He perdido mucho tiempo, quizá más del que me queda.  He renunciado a mucho, me he perdido muchas veces, me he marchitado siendo lo que otros querían, he muerto de pena cien veces para que otros fueran felices; he vivido llena de miedos propios y ajenos; he sufrido mis dolores y sentido los dolores ajenos como propios; he esperado siempre lo peor y he creído que estaba muy mal merecer lo que otros no podían conseguir.

Si te enoja lo que hago, será que mis alas hacen ruido en tu jaula.
Si te asusta lo que soy, te invito a tomar el té y a conocerme sin el cristal de tus prejuicios.
Si condenas mis locuras, no vayas a dejar que tu cordura te quite el sueño.
Si sientes que mi vuelo nos aleja, aprende a descubrir otros cielos y deja de limitarte con el horizonte de tu ventana.
Si aún así, el miedo te paraliza, la ignorancia te gana y eliges la seguridad de tu celda, no te guardo rencor, ni dejaré de amarte.

A veces a las mujeres, se nos va la vida siendo hijas, hermanas, madres, nietas y se nos olvida a qué vinimos y que la verdadera libertad y el único gesto de amor que realmente nos colma es permitirnos ser la Mujer, la Machi, la Diosa, la Sacerdotisa del Universo;  la mujer de colores, el cuenco de la luna, el río sagrado y el templo de amor por donde Dios respira.

Susie / Susannah
Let go.
Let God.
07 de abril de 2019