lunes, 26 de noviembre de 2012

Amistades y soledades


“La amistad no es necesaria, como la filosofía, como el arte, etc.  No tienen valor de supervivencia; sin embargo, son esas cosas las que dan valor a la supervivencia.”Lewis Carroll

Cuando reaccionamos ante algo diferente, lo hacemos en base a las experiencias vividas, a los patrones de conducta de otras personas, y sí, solemos equivocarnos o simplemente volvemos a repetir la historia.
Es curioso como cuando el mundo normal observa a las personas que están solas, las acusan, nos acusan de aislarnos, de no pedir ayuda, de no buscarlos.

Sin embargo, si algo he aprendido desde que llegué a este lugar y después de tantos años de soledad, es que la mayoría de la gente que dice ser nuestra amiga y que tiene una vida ocupada, incluyendo familia o pareja, sólo está disponible en horarios de comercio, lo que podríamos decir, un horario normal.  Pero una sabe que hay horarios y días en los que no se puede hacer visita, ni enviar sms, ni llamar ni enviar un SOS, son días en los que las personas solas aprendemos a masticar en silencio las frases como: “cuenta conmigo”, “yo estoy”, ¿por qué no me llamaste?”.

Basta un ejemplo, la semana pasada tuve el coraje de “buscar ayuda”, de enviar un SOS a las 3  de la mañana.  Sabía que era un horario inadecuado, sin embargo, por primera vez en mi vida tenía un ataque de pánico (y eso que tengo experiencia con las crisis de mis enfermedades), debía traducir a la mañana siguiente en una conferencia y sentía que no podría hacerlo.  Nadie respondió.  Incluso al día siguiente, no hubo preocupación ni llamados, sólo una persona lo mencionó como algo trivial.

Está comprobado que las personas que viven y están solas sufren sus crisis o malos momentos fuera de la jornada laboral, en la noche o los fines de semana.  Incluso hay quienes afirman que la mayor cantidad de suicidios ocurren en día domingo.

Creo que en cierta etapa de la vida, cuando uno pasa los 30, las amistades se complican si estamos en etapas diferentes.

Una aprende a aislarse, a no esperar contención ni apoyo, porque es mucho más doloroso buscar y no encontrar.

De repente, alguien aparece después de muchos años en tu vida y te dice: quiero acompañarte, quiero estar.  Se preocupa y se ocupa.  Una piensa que a lo mejor, es el Universo que ha escuchado tus plegarias y tienes un ángel de la guarda por un rato.  Pero no puedes evitar ser realista, cuando la persona que está allí, del otro lado de la pantalla, está chateando contigo mientras su esposa lo espera en la cama y apura un “quiero verte” en el chat.  Sabes que no podrás contar con esa persona cuando tú lo necesites, sino cuando esa persona pueda.
Definitivamente la realidad, vale más que cien palabras.

SL
24 noviembre 2012

“La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido.”R. Tagore
“No sois en absoluto parecidas a mi rosa; no sois nada aún –les dijo--.  Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie.  Sois como mi zorro.  No era más que un zorro semejante a cien mil otros.  Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo.”Antoine de Saint Exupery



jueves, 15 de noviembre de 2012

When something is not used very often, it might become useless without previous notice.


Out of order (sth does not work)

Out of date (old and not fashionable)

Out of date (not useful or correct)

Out of practice (no recent experience, not enough experience)

Panic  attack (a sudden period of severe anxiety in which your heart beats fast, you have trouble breathing and you feel as if something very bad is going to happen)


viernes, 2 de noviembre de 2012

Entender


To underrate: to fail to understand how skillful, important, etc. someone or something is.
Underrated, that’s how I feel.  I’ve just realized that’s the key word.

Hoy entendí muchas cosas, y no sé si entender es lo mejor que me puede pasar, porque a veces, la ignorancia y la ceguera nos disfraza la celda.

Cuando llegué a este pueblo, venía sangrando una de las peores derrotas que una mujer puede sufrir, un dolor en carne viva que sólo te hace desear morir.  Ya estaba agonizando antes de llegar, en tormentas de impotencia, bronca y auto-condena.  Cuando a través de las ventanillas del colectivo, vi las arboledas y las montañas, pensé que era un buen lugar para morir en paz, para sanar y terminar mis días.  Yo que nunca había tenido un lugar, ni venía de ninguna parte, sentí que aquí podía terminar mis días.

Cuando una elige, piensa y decide, de algún modo firma un decreto que archiva sin tomar conciencia.

Es más fácil acostumbrarse a lo malo, cuando desde siempre una creció entre condenas, resignaciones y exilios.

Una se termina mimetizando, camuflando, con la mediocridad, con lo opaco, con lo vacío.  Everything is so dull here…

Se aprende a sobrevivir, a hacer como que todo está bien, a parecer normal, a no hacer demasiado ruido, a no brillar demasiado.  Hasta que una ya no está segura de sus talentos ni dones, porque de tanto esconderlos, de tanto guardarlos porque aquí no sirven; una se siente insegura.  De a poco, una deja de sentirse viva, de vivir con pasión y con locura.

Me pregunto, si volviera a tener el arpa entre mis manos, ¿acaso la música volvería a sonar bella y poética?

Ya no soy y me extraño tanto.  De a poco la llama se extingue y ya no tengo fuerzas para luchar, para buscar, para decidir.

Tengo que encontrar un lugar para vivir mis días, pero no sé cómo ni dónde.

Soledad Lorena
02 de noviembre de 2012