viernes, 4 de abril de 2014

Memories in red

There was a time when I dared to wear flowers on my hair.  My favourite dress was red and it had lots of flowers.  I believed I was precious and beautiful, I still believed I could be amazing.

It was then, when the unmothered child was told she was not beautiful or pretty.  She was persuaded that everyone outside was evil and that there was nothing special about her. It was the beginning of the end and she could only be free through books.

It took me about forty years to realize I am beautiful, amazing, pretty and special.  It took me a long time to accept there is nothing wrong with me.

I would like to travel in time and hold this girl tight; I would like to keep the sparkle in her eyes, the comfort in her heart, and the colour in her wings.

You are nice.
You are smart.
You are beautiful.
You are loved.
You are safe.

Susie 2014

NB : I can see it now.  It was after that birthday, after that year, that I never wanted to wear red again.  I did not like colourful clothes.  I just wanted to become invisible because it looked a lot safer.
So, it is time now to wear red again and to honour the amazing magic woman I have always been.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Respetar la herida

Cuando nos lastimamos en alguna parte visible del cuerpo, atendemos la herida porque sabemos que será importante para una correcta sanación.  Más aún, cuando esa herida está en alguna de las extremidades, prestamos atención para no usar en exceso el brazo o la pierna afectada.  Somos conscientes de que hace falta desinfectar, vendar y aplicar algún cicatrizante más de una vez al día;  luego hay un período en que la herida necesita cuidados pero también necesita aire y  un poco menos de venda.   Si no seguimos los pasos necesarios, la herida puede infectarse y el dolor que nos causa se hace insoportable.  Es difícil, además, seguir una vida normal, con una herida que no sana.

Cuando la herida es interior e invisible, se siente igual o aún más que una herida externa.  Podemos sentir un tajo que nos parte en dos el corazón.  Podemos  incluso palpar la falta de un órgano o una parte nuestra cuando el desgarro es inmenso.  Las heridas emocionales necesitan tanto cuidado como una herida física.  Mas, nos descuidamos, aplicamos una gran venda oscura que nos haga olvidar lo más pronto posible ese dolor tan grande, no seguimos los pasos, dejamos que el tiempo se encargue y pretendemos “como mujeres superadas” seguir adelante con nuestra cotidiana rutina.

Hasta que un día, después de meses o años, basta un sonido, una palabra o un hecho casi insignificante, para devolvernos un dolor inexplicable de esos en los que las lágrimas parecen de sal y nos queman los ojos.  Entonces miramos hacia dentro y recordamos la herida, para descubrir que bajo la venda, nada ha sanado.  Escondida por la venda, una grieta, un pozo, un charco de lodo que aún no respira.

Si respetáramos, si cuidáramos nuestras heridas internas, si les diéramos el tiempo y la atención necesaria; todo sería un poco más fácil, un poco menos agónico en el transcurso del tiempo.  

El tiempo no cura, el tiempo no sana.  El tiempo apacigua las aguas turbulentas y seca las lágrimas, pero sólo el amor y el cuidado puede realmente sanar.
Susie©
26 de marzo de 2014


viernes, 14 de marzo de 2014

Sobre el dolor y la compasión


Dolor

No hay una medida para el dolor.  No hay comparación posible para determinar si hay un dolor peor que otro.  La persona que sufre porque su corazón ha sido destrozado, despojado, mancillado o sacudido por uno de esos terremotos que no dejan nadie en pie, no necesita que otra persona le diga que podría haber sido peor, que hay males peores, que hay dolores más graves, que hay perdidas más feroces.  En ese momento, para esa persona, la sensación de dolor, impotencia, vacío y desazón al enfrentarse a lo inevitable, es única.  Y la magnitud no sólo depende del hecho exterior sino de la sensibilidad de la propia persona, del apego, de las proyecciones y de los sueños que estaban ligados a la catástrofe, por así llamarla.

No se puede entender ni aún menos comprender lo que no se ha vivido, lo que jamás ha sido parte de nuestras experiencias.  Se puede imaginar pero por sobre todo se debe respetar.

Compasión
Digamos que alguien mira hacia una planta que se encuentra en un vaso dentro de la casa. Por el  mirar compasivo, en vez de observar  si gusta de ella o no, se pregunta, ¿cómo se  sentirá ella, sin la luz del sol, el  agua de la  lluvia y sin sus plantas amigas y compañeras?

"(...) Mirar al  otro y  ver  qué afecta la existencia de él, para nosotros manifestarnos de forma positiva, para remover los obstáculos, eso es compasión. Para promover las cualidades positivas, eso es amor.”
Lama Padma Samten

La compasión tiene dos componentes. Es entender el sufrimiento ajeno y es desear aliviarlo. La compasión es empatía y solidaridad. 
Cuando alguien te hiere, tienes dos opciones. Una es enojarte y sentirte agredido, contárselo a todo el mundo y retornar el mal que te hizo la persona. La otra es intentar ponerte en sus zapatos, tratar de entender por qué actuó así la persona. 
La primera manera es la más satisfactoria en el momento. La segunda manera es más difícil, pero tiene una gran ventaja: te ayuda a dejar ir el dolor al comprender que las acciones agresoras de otras personas vienen de su propio dolor. 
También pone fin a la situación y te da fuerza para tomar acciones positivas que los liberen a ambos de más dolor. 


Lo Inevitable

El dolor que nos traspasa hasta despojarnos de todo, aquel que nos abre heridas en carne viva, es siempre causado por lo inevitable.


- No sabes lo que dices. – respondió el ángel. – No existe la tragedia, sino lo inevitable. Todo tiene su razón de ser: sólo necesitas saber distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo.- ¿Qué es lo pasajero? – Preguntó Elías.- Lo inevitable.- ¿Y lo definitivo?- Las lecciones de lo inevitable.La quinta montaña – Paulo Coelho

Si ves una persona devastada, si me ves lidiando un dolor que no se puede explicar pero que transmuta y se transforma con el tiempo siguiendo patrones inesperados, si ves a alguien que se siente y se ve como un montón de esquirlas luego de la explosión…

Entonces, no intentes juzgar o entender, no pidas explicaciones, no compares, no intentes medir, no creas que puedas imaginar la magnitud porque no lo harás.  Simplemente prepara una taza de té, siéntate a su lado, desde tu corazón apoya tu mano en la suya, luego en su hombro y si ves que llora, abrázala para que sus pedazos no se vuelen con el viento.

No te apresures, no esperes curas milagrosas ni mejorías instantáneas.  Cada persona tiene un tiempo y en ese tiempo lo más sano es tomarse el momento y lugar para dejar correr el río, para gritar si hace falta, para dormir por semanas, para vestirse de pena y alejarse del mundo.  Porque si eso no se hace, tarde o temprano, el dolor que no se expresó y no se vivió, se volverá tóxico, como un agua estancada que nos consume poco a poco.

Susie©
Marzo 2014

jueves, 13 de febrero de 2014

Celebración

No hay porque esperar a que otra persona lo haga.
Amarse, respetarse, honrarse, celebrarse, mimarse cada día y cada momento. Cuidar el jardín, esa es la idea.
Susana, eres bella, eres digna, eres especial y mágica. Vamos a celebrar juntas tu gran corazón hecho de colores y cristales nunca vistos. Vamos a sanar cada herida y vamos a dejar que los ríos fluyan y los tambores suenen.
Susie en San Valentín

jueves, 23 de enero de 2014

Desanimo y despreocupación

La verdad:
No tengo ganas de justificar cada cosa que hago.
No tengo ganas de responder cuestionarios e interrogatorios.
No tengo ganas de dar explicaciones.
No tengo ganas de buscar respuestas coherentes para lo que yo aún no encuentro respuesta.
Hago lo que puedo lo mejor que puedo.
Algunos días estoy bien, otros no tanto.
Cuando puedo disfruto el momento o el día completo.
Trato de no hacerme problema de forma anticipada, ya no más.
Si alguien quiere sumar, que sume soluciones.  No necesito sumar preguntas, cuestionamientos, razonamientos, interrogantes ni problemas.
Serán los efectos colaterales de estar cerca de los 50.
Siempre hice lo que pude de la mejor manera.  Siempre doy lo mejor de mí.
La diferencia es que ahora, ya no me importa cómo me miren, si entienden o no, porque cuando yo camino, este camino sigue siendo extremadamente solitario y nadie aún se ha probado mis zapatos.
Susie©
Desanimada pero despreocupada
23 de enero de 2014

miércoles, 15 de enero de 2014

domingo, 12 de enero de 2014

Ruido

Todavía me descubro dando explicaciones de las decisiones que tomo,  en diálogos mentales con las personas que me aman.

Mi auto-exigencia me lleva a enojarme conmigo cuando hago eso, pienso que a esta altura llegando a los 50, ya debería haber logrado deshacerme de un hábito que cultivaron en mí desde que era apenas una niña pequeña.

Sin embargo, me perdono y me amo, porque al menos ahora, lo detecto a tiempo, detengo la justificación y me lanzo a hacer lo que me hace bien.
Susie©


jueves, 2 de enero de 2014

Uncharted

There’s no need to fly to an uncharted island in the Pacific so that you feel totally isolated and lonely.  If you have no money and you are unable to buy a trip somewhere exotic, there are many ways you can become invisible to the rest of the world.  When you no longer play their game, when you do not lie any more, when you do not pretend you are normal, when you are in trouble most of the time and success does not knock on your door, you sure have a passport out of the system.

But it’s about time I find my spiritual community; it is time I find a place where I fit in.  It’s already time I start calling the one.  Because I’ve had enough of this lonely island in a town in the middle of nowhere.  I’ve learnt the meaning of living alone, I’ve learnt to love and respect myself.  Now it’s time to move on.
Susie ©
02 January 2014

miércoles, 1 de enero de 2014

Todos

Todos necesitamos
que nos miren y nos descubran
que nos escuchen y nos comprendan
que nos lean y nos aprendan.

Todos anhelamos
que nos busquen y nos encuentren
que nos esperen y nos celebren
que nos aprecien y nos valoren.

Algunos lo buscan y lo provocan (cada quien a su manera), otros simplemente nos quedamos y esperamos en silencio.
Susie ©
Enero 01, 2014