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miércoles, 14 de julio de 2021

Fusilada

 

(Historia escrita a partir del primer Ejercicio del Manual de Escritura Terapéutica: Reescribir la Emoción.)



Allí estaba una vez más, a los 56 años, como cuando era niña, recibiendo los juicios y palabras condenatorias como metrallas fusilando su corazón.

Había confiado, se había mostrado vulnerable, había desnudado sus colores y se había animado a surcar nuevos cielos, extendiendo sus alas más allá de lo usual.  Mucho había dejado en el camino, caro es el precio que pagan los libres en un mundo de jaulas.

¿Hasta cuándo las personas iban a juzgarla por su forma de ser?

¿Hasta cuándo las expectativas de otros iban a condicionar sus pasos?

¿Hasta cuándo las frustraciones ajenas iban a nublar su cielo?

 

Ella sabía que todo eso seguiría sucediendo mientras lo permitiera; mientras siguiera escuchando las opiniones de otros; mientras dejara que su niña mágica se durmiera para conformar a los escépticos y temerosos.



¿Cuántas personas la habían juzgado y condenado con sus palabras? Todas las que amaba, todas las que habitaban su corazón.

Sí, ella sabía que era parte de la noche del alma, del desierto emocional y el camino de evolución.  Sí, la teoría se sabe, se comprende, pero la realidad duele en carne viva.  Y allí estaba ella, sintiendo las esquirlas en su pecho, las dagas en su espalda y el prejuicio clavado como un cuchillo, queriendo convencerla de espejismos que solo alimentan quienes están ciegos para ver y sordos para escuchar.

Las señales eran claras y tangibles; el trato era solo entre Dios y ella. ¿Pero quién no busca sentirse aceptado, celebrado y amado por lo que Es, sin fingir nada, sin disfrazarse de terrestre normal?



Si todos lo dicen, todos los creen.

Si todos los creen, uno termina dudando.



Se quedó de pie, las palabras atravesándola como cuchillos, los desaires e indiferencia desnudándola en pleno invierno, las traiciones lacerando sus heridas sin sanar, dejando que el dolor la consumiera hasta ya no sentir.  De rodillas su alma y su corazón, le imploró a Dios que la dejara dormir en sus brazos, que la dejara descansar bajo el manto amoroso de la Madre María.

Entonces, una mañana soleada, su Ángel de la Guarda puso una pluma frente a sus pies y la obligó a mirar más allá de la muchedumbre, donde un horizonte infinito se mostraba prometedor.

El muro donde la fusilaban se hizo añicos como un espejo reflejando oscuridades que no eran suyas.  Sintió un cerco de espinas y pétalos a su espalda y la fragancia de las rosas impregnó cada herida hasta lavarla de todo lo que ya no era necesario.

Las metrallas en su pecho se convirtieron en grullas de origami que aletearon en círculos deshaciendo los conjuros.




En el suelo, un vestido gastado y manchado de viejas heridas; unas alas maltrechas, apedreadas y sucias…

Ella se despertó desnuda pero sin frío; en pleno invierno su corazón encendía fogatas con aroma a rosas.  Su espalda dolía con una sensación nueva y cuando estiró los brazos, rozó con sus manos los brotes de unas alas que rompían todas sus formas para anunciar vuelos que solo Dios impulsa.

Soledad Lorena©

Tejedora de Palabras

Susannah Lorenzo

Tejedora de Puentes

Susie sanando con la magia de las palabras y el susurro de las cartas



Este ejercicio es posterior a una lectura de Tarot Evolutivo con el Diagnóstico del Tarot deSusannah: 

Arrastrando desde el pasado: Pieces, Don’t listen y Sleeping invertidas. / Rompecabezas desarmado, tablero en caos, demasiado escuchar opiniones y palabras ajenas y la niña interior dormida.

Energías regentes en el presente: Wild child invertida / La niña silvestre no logra andar su camino.

Energías proyectadas de forma inconsciente al futuro: The call, Birth y Look twice invertidas / Pendiente de llamadas y mensajes, resistiendo un nuevo nacimiento y ciega a la visión interior y la intuición.


domingo, 17 de enero de 2021

Bailar en un océano de incertidumbre

 Quien nos quiere bien nos empuja, nos sacude, nos saca la alfombra mullida bajo los pies, para descubrir un abismo entre la comodidad de lo desconocido y la aventura de la incertidumbre.


Aunque yo sea una persona que creció entre mudanzas, rutas y pueblos con acentos y culturas diversas, a veces, me acomodo y me resisto a deshacer la rutina, buscando certezas que nunca tuve. Sobre todo, cuando la vida me arrebata aquello que creo merecer o las injusticias me descolocan y me restan recursos o siembran piedras en el camino.

Pierdo de vista el universo y la perspectiva que Dios adopta para tejer y destejer la trama de nuestras vidas.

A veces, un solo gesto, una actitud ajena o una tormenta que no nos pertenece, agita nuestros mares y oscurece nuestros cielos; nos despoja de nuestras seguridades y nos convierte en náufragos aferrados a una realidad que ya no existe o a un sueño que transformó su forma para manifestar su esencia.

Durante un poco más de un par de años, me encariñé con un sistema de encuadernación que parecía cómodo, ágil y práctico.

El 2020 llegó para desacomodar el mundo tal como lo conocíamos y descubrir los velos que disfrazaban nuestras realidades.

Entre los numerosos cambios que Dios decidió provocar en mi vida, perdí el acceso a la herramienta de encuadernación que me permitió continuar desde casa, la edición artesanal de mis libros que había comenzado en  una librería del barrio en 2016.

Durante varios meses me resistí, me llené de frustración e impotencia, y me enfoqué en todo lo que no podía hacer.

Fue Lorena (mi hija mayor, emprendedora y artesana) quien no me dejó dormir en el fondo del pozo y quien me recordó la esencia de mi proyecto para publicar mis Libros Artesanales.



A pesar de mi enojo, mis berrinches internos y mi rigidez, su obstinación y su insistencia pudieron más; hasta que como una niña obediente, supe que ella era solo una mensajera y Dios quería de mí algo que yo no podía ver.

Ahora, después de haber encuadernado una decena de libros con una técnica totalmente artesanal, disfruto el proceso, el resultado y la energía que transmiten mis libros.  El cambio ha sido tan transformador y tan revitalizante, que he sumado libretas/bitácoras para acompañar procesos creativos y terapéuticos.



De tanto saltar fuera de la zona de confort, una aprende a bailar más allá de las esferas visibles y sobre las aguas de un océano cósmico que nos descubre infinitos y poderosos.

Susannah Lorenzo©

Tejedora de Puentes

Madrugada 16/17 de enero de 2021 

Junto con el cambio en el método de encuadernación, armé un ejemplar de cada uno de mis libros para tener en mi biblioteca.