Cuidar la Libertad
“Your freedom will offend others.”
David Hayward
(Tu libertad ofenderá a otros.)
Valores que no se negocian
Silencio
Paz
Armonía
Belleza
Libertad
El patriarcado es
un sistema regido por energías masculinas y sostenido por hombres y mujeres que
creen siempre tener la razón y consideran que la sensibilidad, la empatía, la compasión,
la intuición, la poesía, la creatividad y
la magia (rasgos comunes de la energía femenina) son signos de extrema
debilidad que nublan la razón e impiden que las personas tomen las decisiones
correctas. Por eso, siempre hay en el
sistema alguien en su ‘sano juicio’, con la capacidad intelectual y el nivel de
energía masculina suficiente para decidir y actuar por el miembro del clan que ‘está
en peligro’.
En el
patriarcado, el ‘mas fuerte’ (económicamente o masculinamente hablando) es
quien se cree habilitado para decidir sobre la salud, el bienestar, la forma de
vida, los hábitos y hasta el manejo de dinero de quien es considerado débil o
enfermo según el clan.
En el patriarcado, el Divino Femenino asusta y debe someterse; no es celebrado, honrado ni considerado como Sagrado.
Por supuesto que acabo de elaborar esa
definición y no pretendo que estés de acuerdo, todo lo que escribo, lo hago en
base a mi experiencia y a mi realidad circundante.
“Cuidar es que no taladren paredes cuando necesitamos silencio.
Cuidar es que nos hablen con una mirada que diga “yo estoy acá, para vos”.
Cuidar es que no corran las cortinas para que entre el sol cuando queremos estar un ratito a oscuras.
Cuidar es dejar de lado la violencia que implica anteponer nuestras creencias sobre las verdaderas necesidades del otro.
Cuidar es no invadir, es amar y el amor es rezar en un lugar en el que no tienen miedo de dormir los pájaros.”
En mi familia hay
mucho amor, mucho. Pero también el
sistema del patriarcado está arraigado desde los inicios y nadie parece tener
el coraje o las ganas de cambiar eso de una buena vez. Por eso, la manera de cuidarte es mantener tus
signos vitales, asegurar que tengas techo y comida y que alguien ‘más fuerte’ que
vos, te cuide. Siempre hay alguien que sabe mejor que una, lo que se debe
hacer, cómo se debe vivir y hasta lo que debe comer. Siempre hay alguien
recordándote que una persona está sana y tiene todo lo que necesita si tiene
signos vitales (sinónimo para ellos de estar vivo), techo y comida. Lo demás son debilidades bohemias de mujeres
con hormonas alteradas y alma de brujas que alguna vez murieron en la hoguera.
Cuando una mujer
de cierta edad se queda sola y permanece así por mucho tiempo, los guardianes
están al acecho, dispuestos a cuidarte y salvarte. Si esa mujer que está sola tiene alguna
enfermedad crónica y no pudo construir solvencia y estabilidad económica o no
se consiguió algún proveedor por el camino que le dejara una herencia
interesante; desde los cuatro puntos cardinales las voces sentenciarán que su
soledad atenta contra su salud.
Cuando mi abuela
mágica se quedó sola, quienes más la amaban, vendieron sus cosas, empacaron lo
poco que quedaba en un bolso, y decidieron que a partir de ese momento, debería
pasar un tiempo con cada hijo, para estar ‘a salvo’, sin su jardín y sin su
libertad. (Puedes leer Claveles en el aire).
Cuando una de mis tías maternas (la única que trabajó toda su vida y tuvo una profesión) se quedó sola, la familia decidió que no era bienvenida en ningún sitio y que su modo de vida era un peligro para ella. Con su salud mental y física plena, la internaron en un geriátrico; donde se convirtió en un manojo de piel y huesos abatido por la tristeza y sin libertad para disponer qué hacer con su jubilación o sus pertenencias. (Puedes leer Por su bien.)
Y aquí estoy yo,
dándoles la razón a quienes vaticinaban “vas a terminar sola como tus tías”,
porque a los 15 no quería un novio que pidiera mi mano, y porque siempre tenía
demasiadas ínfulas de libertad, demasiada sed de poesía, demasiada necesidad de
belleza, demasiada inteligencia usada en pos de lo femenino, demasiada
creatividad, demasiada batalla por la libertad, demasiado… (Puedes leer sobre mi adolescencia en Amor Desnudo.)
Mis libertades
seguramente no son las tuyas. Más allá
de que el sistema o la sociedad establezca ciertas libertades mínimas, cada persona
tiene su propio conjunto de libertades que le permiten expresarse y Ser un Alma
con una experiencia espiritual en esta tierra.
Muchas de las
libertades que yo defiendo y sostengo, son parte de esta etapa de mi vida (tengo 56), son
libertades que no pude ejercer, por ejemplo en mi etapa de maternidad. Son libertades que me costó aprender a
disfrutar en soledad sin sentir culpa o remordimiento, porque la mayoría de los
miembros del clan no las tiene y por eso soy un pájaro que merece una buena
jaula.
Defiendo la
libertad de hacer lo que me gusta.
Defiendo la
libertad de tener paz y quietud cuando lo necesito.
Defiendo la
libertad de levantarme a la hora que mi cuerpo necesita.
Defiendo la
libertad de elegir qué comer y cuando.
Defiendo la
libertad de usar el baño y la ducha cuando lo necesito o cuando tengo ganas.
Defiendo la
libertad de hacer reposo absoluto cuando mi salud lo necesita.
Defiendo la
libertad de tener mis rincones para atender a quien lo necesite o para
compartir un momento bonito con quien yo tenga ganas.
Defiendo la
libertad de llevar mi día y mis actividades a mi ritmo.
Defiendo la
libertad de dormir sin interferencias, sin condicionamientos, sin restricciones,
sin horarios ajenos.
Defiendo la
libertad de innovar y crear nuevos proyectos y dejar que mi musa me inspire y
mi alma lleve el timón de mi vida.
Defiendo la
libertad de elegir los aromas, los sabores, los sonidos y los estímulos que me
rodean.
Defiendo la
libertad de caminar semivestida o desnuda en los días de verano.
Defiendo la
libertad de no deberle favores a nadie y no tener que hacer algo a cambio por
recibir y techo y comida.
Valores que necesitamos reforzar
Respeto
Empatía
Compasión
Unicidad
Cuidado
consciente
Susie©
Susana Lorenzo
Nota: Este texto surge después de haber
estado dos días en cama sin poderme mover, apenas levantarme a prepararme un té
o alguna cosa para comer (después de la mala noticia y mal momento de lunes a
la noche). Blackie, que no es humano,
siempre entiende, siempre comprende y acompaña, él es un guardián cósmico que
me ayuda a reciclar y transmutar las energías negativas que recibimos y los
golpes de la vida. Él se pone en posición de guardia y recelo antes de que las
cosas sucedan, cuando sabe que me afectará o nos afectará.
Seguramente hay algo que no termino de aprender y Dios por eso, repite la lección. Antes, cada vez que sucedía, estaba organizando formas de desaparecer de este planeta; ahora me siento, escribo y defiendo mi libertad, le pese a quien le pese.
Hasta el último aliento, defenderé mi libertad y quien no pueda comprenderlo o acompañarme, puede llamarse a silencio.
Gracias
Sencillamente impecable...tan certero y real ...reflexion de varios aspectos q aun hay q cambiar en la sociedad
ResponderEliminarMuchas gracias.
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