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lunes, 16 de noviembre de 2020

Escribir para despejar los cielos

 Hasta ayer, me había prometido no hablar, no compartir, encerrarme en mi silencio en una pulseada con Dios, hasta que un milagro apareciera para iluminar mis días. Me sentía miserable y dentro mío los demonios y las sombras crecían como una enredadera que me asfixiaba.

Dicen que si uno habla de lo malo que nos sucede, es malo, que se multiplica, que atraemos más de lo mismo. Coincido en que quejarse constantemente y repetir el mismo lamento cada día, no nos ayuda a salir del pozo. Pero también creo que compartir con un corazón amoroso, aliviana las cargas, saca de nuestra mente los miedos y la angustia y cuando están allí afuera transformados en palabras, se hacen más pequeños y hay espacio en nuestro interior para crear otras salidas del laberinto.

Cuando no hay disponible un corazón amoroso en escucha atenta, escribir es siempre una terapia efectiva para ponerle nombre y apellido a lo que nos pasa.

Ayer, mientras disfrutaba del aire fresco, unos mates y la compañía de Blackie en el rincón de las suculentas y cactus, rompí el silencio para escribir sobre este Desierto que se ha vuelto un largo camino desde hace algunos años.

Después del blog, hice algunas publicaciones sobre esta falta de espíritu navideño que me hacía sentir una extraña dentro de mí misma. Me parecía que la niña que vuela cada Navidad, se había congelado en el ártico, a resguardo de toda la locura del 2020.




Entonces, sucedió lo que siempre pasa: yo escribo, despejo mi mente, libero espacio dentro de mi corazón y las condiciones son propicias para que  Jefesito lance toda la artillería para inspirarme con un mega proyecto de Navidad en el Corazón. Así, como si nada, en plena luna nueva, las musas, Dios y el Ángel de la Navidad provocaron una catarata de creatividad que no ha cesado por más de 12 horas. Es decir, que, a pesar de las dificultades que menciono en el blog, no me ha quedado otra que posponer el sueño y el cansancio, hasta que la tarea esté terminada, tal como fue canalizada, debiendo manifestarse en este lunes 16 de noviembre.




La vulnerabilidad, la debilidad, la sensibilidad y la honestidad son el camino más directo para danzar con la sombra y transmutar las energías.


Solo Dios sabe.

Gracias

Susie

Estén atentos porque muy pronto estará disponible el regalo para la comunidad de Puentes, en diferentes formatos.

Como se dice en inglés: Stay tuned! (Quédate en la sintonía.)

 


lunes, 30 de diciembre de 2013

Bendecir

Bendecir la mesa no es recitar una oración de memoria.

Bendecir la mesa es predisponer nuestro espíritu y nuestro corazón desde el momento que preparamos la comida.  Es saber que la comida hecha con amor sana las heridas del corazón y alimenta el espíritu.

Bendecir la mesa es hablar con el corazón y orar con nuestras actitudes.  Es agradecer lo poco y lo mucho, lo bueno y lo malo.  Es compartir con quienes amamos y dejar nuestro egoísmo de lado para regalar la mejor porción a quien se sienta con nosotros.

Las celebraciones en familia o entre amigos sólo tienen valor si aprendemos a bendecir desde el silencio, cuando cocinamos, cuando ponemos la mesa, cuando cuidamos la palabra, cuando nos miramos a los ojos en vez de quedar absortos ante una pantalla.

Que este nuevo año te enseñe una nueva forma de bendecir no sólo la mesa y la comida, sino cada momento de tu vida, cada persona que se cruza en tu camino y sobre todo cada palabra y cada gesto que compartes.

Feliz y Bendecido Año Nuevo
Susie©
Diciembre 2013