En los momentos en que hacemos un giro de 180º o realizamos cambios importantes en nuestra vida, tenemos la sensación de haber sido transportados a un desierto, como Jesús en sus cuarenta días de meditación (visión metafórica de su crisis de fe y de su enfrentamiento con su propia sombra y sus demonios).
Puede ser que hayamos finalmente decidido terminar con
esa relación tóxica en la que nos habíamos perdido dejando de ser lo que
realmente somos; puede que hayamos
decidido finalmente aceptar nuestros dones y compartirlos sin reparo alguno con
el mundo entero; podemos haber hecho un
cambio drástico en nuestra vida intentando salvarnos de un oscuro pozo de
miserias y autocompasión o podemos haber reconstruido nuestras alas y dibujar
nuevos cielos lejos de jaulas mentales y sociales. Como quiera que sea, nuestros amigos,
familiares, conocidos y otras relaciones se alejarán de nosotros como si estuviéramos
apestados y nos dejaran solos con esa decisión que pensaron que jamás
tomaríamos.
Algunos simplemente se ofenden porque no aceptamos sus
sugerencias y consejos; otros se asustan de nuestra actitud desafiante y el
reflejo aterrador de lo que ellos no son capaces de ser o hacer, los incomoda; algunas
personas eligen bandos y apoyan lo que creen políticamente o socialmente
correcto; están los que jamás contemplaron nuestra verdadera esencia y se sienten defraudados ante esta ‘nueva
versión’ de nuestra persona que no cumple con sus expectativas; y están los que
condenan cualquier individualismo, originalidad o expresión genuina de seres
únicos que se apartan del rebaño y abandonan las prolijas líneas uniformes.
Dos caminos se abrían en un bosque amarillo,
y triste por no poder caminar por los dos,
y por ser un viajero tan solo, un largo rato
me detuve, y puse la vista en uno de ellos
hasta donde al torcer se perdía en la maleza.
Después pasé al siguiente, tan bueno como el otro,
posiblemente la elección más adecuada
pues lo cubría la hierba y pedía ser usado;
aunque hasta allí lo mismo a cada uno
los había gastado el pasar de la gente,
y ambos por igual los cubría esa mañana
una capa de hojas que nadie había pisado.
¡Ah! ¡El primero dejé mejor para otro día!
Aunque tal y como un paso aventura el siguiente,
dudé si alguna vez volvería a aquel lugar.
Seguramente esto lo diré entre suspiros
en algún momento dentro de años y años
dos caminos se abrían en un bosque, elegí…
elegí el menos transitado de ambos,
Y eso supuso toda la diferencia.
Robert Frost
Imagino la vida como una gran autopista con muchos carriles, separados cada uno por un guardarraíl. A medida que expandimos nuestro nivel de consciencia y nuestro campo energético (aura) se manifiesta más intensamente cambiando su vibración y colores, el carril que transitamos ya no nos favorece, no resulta propicio o entorpece nuestro avance. Los carriles más transitados producen atascamientos, embotellamientos y conflictos que limitan nuestra libertad de Ser. Es normal sentir la necesidad de cambiar de carril, buscar una alternativa que nos permita avanzar fácilmente y desplegar nuestras alas y nuestro campo energético, ocupando un espacio aún mayor, para que nuestra Alma se exprese libremente.
Al cambiar de carril, muchas personas quedan en el carril
anterior, no pueden o no quieren cambiar, tal como hicimos nosotros. Desde el otro lado del guardarraíl nos miran
con recelo, asombro, estupor, miedo o simplemente envidia. Prefieren recorrer el camino más transitado y
se sienten más seguros allí donde el tumulto aprueba sus movimientos.
Tomar la decisión de elegir el carril que nuestros
afectos no transitan, puede resultar doloroso y dejarnos sumidos en una
sensación de soledad y exilio que nos hará dudar y cuestionar nuestras
elecciones.
Sin embargo, abandonar nuestros dones, postergar nuestros
sueños, dejar de brillar nuestro Sol interno y proyectar una personalidad que
satisface a quienes nos rodean, puede enfermarnos físicamente, desequilibrar
nuestras emociones e incluso causar bloqueos energéticos de nuestros chakras.
Tarde o temprano, encontraremos otras personas en el nuevo carril, crearemos nuevos vínculos y descubriremos otras Almas que vibran en nuestra nueva sintonía.
Como dice Robert Frost, el camino menos transitado marca la diferencia, y esa diferencia es la que nos permite Ser lo que vinimos a ser.
Susie transitando un carril inmensamente solitario
Susannah Lorenzo©
Tejedora de
Puentes
08 de junio de
2021
Muy valiente de tu parte,tarda en llegar.tarda en llegar pero al final hay recompensa!!!
ResponderEliminarMuchas gracias. Bendiciones
EliminarWOW Increíble y verdadero, gracias Susie 🤗
ResponderEliminarGracias a ti, Liby. Bendiciones.
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