🐦En la casa de una de mis abuelas, había jaulas pequeñas, grandes y medianas, con pájaros de diferentes especies y colores.
Había muchas mantas gruesas y oscuras para taparlos al atardecer, por si acaso se les ocurría cantar a deshora.
Algunas jaulas colgaban de las paredes y otras, las pajareras, eran como casas alineadas a lo largo de la galería con suelo apisonado de tierra.
Cuando era niña y me dejaban ahí por días o semanas, a mi me gustaba caminar distraídamente cerca de las pajareras. Sutilmente y con cuidado corría los pestillos y seguros, dejando apenas entreabiertas las pequeñas puertas.
Los pájaros comenzaban a agitarse sin estar muy seguros de qué hacer.
Su instinto les recordaba cielos libres perdidos en la línea de ancestros.
Sus miedos y su falta de pericia para abrir la puerta, los alborotaba y los hacía golpear sus alas contra el metal.
Entonces, mis tías o mi abuela, o todas ellas juntas, me acusaban de alterar la calma de los pájaros.
Siempre desconfiaban de mis argumentos sobre puertas mal cerradas.
Yo siempre me iba a dormir soñando con que un día todos esos pájaros volaban, estrenaban sus alas y podían cantar aunque mi abuela tuviera un mal día.
Creo que aún en la vida adulta, siento la necesidad de abrir los candados, inaugurar ventanas o regalar pinceles para que otras personas dibujen sus propios cielos.
Entonces, hay justificaciones e indultos para los carceleros y las jaulas de papel se sostienen en el miedo atroz de conocer caminos qué solo se sostengan en nuestros pasos.
🐦Como cuando era niña, el ave me mira confundida y se niega a saltar hacia la infinita incertidumbre donde todo es posible. Los carceleros me acusan, se mofan y con un poco de alpiste, me ganan la batalla.
🌷Susannah Lorenzo
Tejedora de Puentes
Tejedora de Cielos
#libertad
#miedo
#jaula
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