Insomnio marca eclipse: 02:26 am del jueves 18 de noviembre de 2021.
Hace unos días compartí un post (Vulnerable) en inglés, porque de algún modo me sentía avergonzada de hacerlo en español. Hoy escribí sobre mi realidad actual (que supera cualquier imaginación), y también titulé la entrada al Blog, Vulnerable; solo que esta vez lo escribí en español y lo compartí en las redes.
En el canal de Tik Tok, comencé hace un tiempo a compartir afirmaciones de Luise Hay; además de reflexiones y plegarias de mi libro Tejedora de Cielos. Esos clips son los que tienen más visitas y más comentarios. Hay muchas personas allí afuera necesitadas de recitar, escuchar y multiplicar afirmaciones y bendiciones, que sostengan su esperanza.
Debo reconocer que sufro del Síndrome del Impostor. Me parece irónico estar compartiendo afirmaciones sobre prosperidad y abundancia cuando vivo en la pobreza. A pesar de eso, esta noche que pasó sentí inspirada para crear dos audios, uno solo con imágenes y sonido y otro con mis propias afirmaciones y bendición de abundancia.
El síndrome del impostor, a veces llamado síndrome del fraude, es un trastorno psicológico en el cual las personas exitosas son incapaces de asimilar sus logros. Quienes tienen muchos logros y triunfos suelen sufrir; así que esta enfermedad no se compara con la baja autoestima o falta de confianza. De hecho, algunos investigadores la han vinculado al perfeccionismo, sobre todo en mujeres. La tendencia a minimizar y subestimar el éxito es significativa en quienes padecen el síndrome del impostor.
Hace un par de años, una persona me pidió que le diera un Taller de Abundancia. Creo que me reí. En ese momento, ya tenía algunas complicaciones, aunque no eran tan graves como ahora.
Me parecía que como en las demás áreas en las que sí dicto cursos y talleres, debería no solo tener conocimientos, sino también resultados. Me ha parecido siempre un fraude compartir o crear afirmaciones, meditaciones guiadas o incluso dictar un taller, si no logro que la abundancia fluya en mi vida.
Este insomnio me tiene pensando y dando vueltas a una idea. Dicen que cuando el maestro está listo, los aprendices o alumnos llegan. En algún momento incluso, comencé a diagramar un Taller de Abundancia. Lo dejé en suspenso, porque pensé que debería primero lograr la prosperidad en mi vida.
He realizado infinitas meditaciones, ejercicios, afirmaciones; he leído libros, he escuchado audios; he dormido con música en frecuencia especial; he consultado las cartas y las runas; he armonizado mis chakras; he trabajado con códigos sagrados, biodecodificación y Oh’oponopono. Por sobre todo, he rezado y entregado mi vida a Dios.
Me he negado durante estos años a ayudar a otras personas a manifestar su Abundancia; porque yo no me creo digna de hacerlo, ya que no tengo pruebas o resultados concretos en mi propia vida.
A veces, esperamos que el camino sea haga visible, claro y despejado para avanzar. Sin embargo, en el Sendero Espiritual, Dios nos permite ver cada vez menos, ilumina apenas, allí donde pisan nuestras sandalias, allí donde nuestros ojos se encuentran con la mirada de otras Almas.
Las preguntas giran y giran sin cesar, a veces arrecian como lluvia de verano. Dios ríe sobre mi hombro, y me da empujones amorosos para que salte al vacío.
Si creo haber trabajado la culpa y la vergüenza de ser desleal al clan y a los mandatos familiares; quizá sea hora de trabajar la vergüenza, la culpa y la falsa modestia (como decía una amiga de la adolescencia, cada vez que yo decía que mis dibujos no eran tan bonitos).
Me he pasado un largo rato esperando que Dios me de pruebas de que lo hago funciona en mi vida. Creo que Él está esperando que yo comparta lo que sé a través de mi voz, mi vibración, mis técnicas, mis dones y talentos, para que la Abundancia Divina sea manifestada en la vida de otras personas; sin especular cuándo fluirá en mi vida.
Solo Dios sabe.
Yo siento que cada vez estoy más loca que antes y mientras tanto, Dios se divierte conmigo.
Susie, bajo los efectos del
eclipse
Susannah Lorenzo, desatando nudos
para Tejer Puentes.
El siguiente ejercicio trabaja con la visualización y la audición. Se debe escuchar y ver tres veces al día, principalmente antes de dormir. Debe ser lo último que veamos antes de dormir. Si quieres que te envíe los clips y audios que menciono en este post, escríbeme por whatsapp (+549 2645839784) o por email: solelor@hotmail.com
Para que realmente funcione, debes repetir la visualización y la escucha del sonido, tres veces al día durante al menos 7 días; aunque el plazo ideal es de 21 días.
Deseo de corazón que Bendiga tu vida en Abundancia y Prosperidad.
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