domingo, 29 de septiembre de 2019

Respuestas mágicas

Es curioso, hay épocas (largas) de nuestra vida en que pagaríamos lo que fuera porque alguien nos sacara ese mal que nos acecha y nos habita.
Creemos que una cirugía, una dosis de fármacos o una pastilla para dormir nos ayudarán a ser lo que creíamos ser antes de estar mal.
Queremos una anestesia que nos mantenga sin dolor, alguien que nos acomode sin desordenar nada, una cura mágica que ignore nuestras sombras y heridas disfrazadas.
Estamos seguros que un viaje al Tíbet, un collar de cuarzo Rosa o un baño de sales de lavanda traídas del cráter oculto de la luna, nos darán la paz que nunca tuvimos.

Nuestro ego buscará siempre el ruido, nuestra mente tendrá mil excusas y mantendrá la agenda tan ocupada, que terminaremos creyendo que a lo mejor, todo se acomoda sólo con tiempo y con olvido.

Hasta que un día y dos y tres, algo sucede, una palabra nos sacude y un simple gesto revive en cuatro dimensiones el origen de todas las heridas.

Otra veces el cuerpo se cansa de sostener tanta mentira, no puede fluir entre tantas murallas y se enferma bajo la dictadura de nuestra mente.

Lo que no hacemos por las buenas, lo terminamos haciendo por las malas, como dicen por ahí.

Nos acercamos temblorosos al espejo del alma y aprendemos con torpeza a desnudarnos del revés.

Desde un rincón oscuro, nuestra sombra agazapada nos mira amenazante, dueña de todos los secretos que ignoramos.
Basta una lágrima, nuestra mirada compasiva y el corazón dispuesto, para descubrir nuestro niño interior vulnerable y frágil temblando desde lo más profundo de la sombra.

Nadie puede salvarnos, nada puede sanarnos.

Pagamos gurúes, compramos baratijas, tomamos pociones e invocamos a una legión de arcángeles.

Desdeñamos el silencio, ignoramos la guía del universo, descreemos de Dios, nos rebelamos a la verdad que nos descubre y dormimos soporíferas siestas que pueden durar toda la vida.

En tus sueños está el mapa, en tu corazón el talismán, en tu templo todas las llaves y en tu oscuridad todas tus respuestas.

Cuando acomodamos nuestros puentes interiores, descubrimos que el cielo es para volar y la tierra para respirar, podemos bailar nuestras penas y sonreír ante la sublime belleza de nuestra imperfección.

Susannah Lorenzo
Tejedora de Puentes
Terapeuta Holística
Derechos reservados

#sanar
#sombra
#respuesta

2 comentarios:

  1. Hermoso Susy ... efectivamente siempre buscamos en lo mágico lo que no leemos en nuestro interior...

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    1. Gracias Alicia por tu devolución. Lamento no haber visto antes el mensaje, pero desde el celular, no se puede trabajar igual que en la computadora.

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