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domingo, 15 de octubre de 2023

Feliz Día

Como persona sensible, le doy  valor a cada palabra y me resulta incómodo cuando las personas usan ciertas frases, como un eslogan comercial, pegadizo y fácil de usar.  Creo que cuando todos te saludan con un ‘Feliz Día’ en ciertas fechas especiales, es la manera más cómoda de no tener que usar su creatividad o sus emociones para escribir algo original desde sus corazones.

Pero muchas veces, esa frase tan común, se convierte en un dardo que nos perfora el corazón, porque no hay nada más doloroso que sentirse invisible e incomprendido.  Creo que el mejor regalo para cualquier persona, es que los otros nos miren, nos vean, nos comprendan, nos escuchen o al menos hagan un intento por entender lo que sentimos.  No hay regalo más valioso que ese.




Aquí en Argentina, el tercer domingo es el Día de la Madre.  Agradezco todos los mensajes y saludos recibidos de personas que me han sorprendido.  Sin embargo, todos los saludos comenzaban igual: ¡Feliz Día!

Apenas si pude llegar sana y salva a las 2 de la tarde, porque  el dolor en el pecho era insostenible y las lágrimas guardadas desbordaban mis ojos.  Entonces, desactivé las notificaciones y me guardé en silencio.  Ni pensar en dar una vuelta por las redes sociales, que estallan con fotos de momentos compartidos, celebraciones, regalos y demostraciones públicas de cariño.




¿Cómo puedes decirle Feliz Día a una madre que no puede celebrar ese día ni con sus hijos ni con sus nietos? 

¿Cómo puedes decirle Feliz Día a una madre que aunque ama a sus hijos, está transitando la muerte de un ser querido?

¿Cómo puedes decirle Feliz Día a una madre que está exiliada y proscripta por mandato familiar?

¿Cómo puedes decirle Feliz Día a una madre que aún llora secretamente los abortos o los bebés fallecidos al nacer?

¿Cómo puedes decirle Feliz Día a una madre que apenas si tiene un poco de pan y queso para el almuerzo de su día especial?

¿Cómo puedes decirle Feliz Día a una madre que tiene el corazón dividido entre su hija que crece sana y su hijo que murió con la edad de Cristo?

¿Cómo puedes decirle Feliz Día a una madre que ha perdido su casa y está arrinconada en un espacio prestado intentando sostener el vínculo con sus hijos?

¿Cómo puedes decirle Feliz Día a una mujer que le robaron sus hijos?

¿Cómo puedes decirle Feliz Día a una mujer que no tiene tiempo ni energía para disfrutar de sus hijos porque debe cumplir con el rol de madre y padre?

¿Cómo puedes decirle Feliz Día a una madre que permitió mentiras y manipulaciones para que sus hijos tuvieran casa, educación y alimento?




Puedo hacer una larga lista de preguntas, pero creo que con esas basta para darte un ejemplo; algunas son situaciones reales mías y otras son situaciones de personas que conozco.

A veces, tengo ganas de colgar un cartel que diga: ‘Odio la frase Feliz Día, no la uses, me lastima profundamente.’ Pero si lo hiciera, la equivocada sería yo y todos se ofenderían, porque lo hacen de ‘buena intención’.  Y seguramente al año siguiente ni siquiera me escribirían. 

¿No sería más bonito, si nos tomáramos el tiempo para conocer realmente cómo se siente el otro?, o es que, ¿eso te parece demasiado arriesgado?

¿No sería más honesto, construir, redactar, crear una frase propia para cada persona y su realidad?

Sería mucho más loable preguntar ‘¿cómo estás?’, sin prejuicios y sin pensar en lo que vamos a decir o lo que nosotros opinamos; sólo para escuchar, conocer e intentar comprender.  Y luego, ofrecer nuestra compañía, o preguntar ¿hay algo que pueda hacer por ti?

La mayor parte del tiempo, no necesitamos alguien que nos sane, nos cure o nos salve; simplemente necesitamos que alguien se quede a nuestro lado, aunque sea en la distancia; nos escuche, nos vea, nos contenga y respete nuestra forma de sentir.

Susannah Lorenzo©




Con un día no tan feliz.

Agradezco infinitamente a Dios y la Madre María que mis hijos están con vida, cuidando de sus familias y haciendo lo mejor que pueden.

Agradezco la experiencia de haber sido Madre por Voluntad Divina y atesoro los momentos compartidos con mis hijos, aunque ese pesado esté muy lejano y parezca de otra persona.

Agradezco aún las situaciones más dolorosas, la separación y las injusticias, porque todo lo que sucedió a partir de eso, ha hecho posible que 12 maravillosos seres estén abriendo su camino, como mis nietos.

Solo Dios sabe.

Si por alguna razón, como hijo/a o como Madre, no tienes un día tan feliz, te invito a escuchar esta lista en mi canal de YouTube.






  

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Rezo

Rezo
Por quienes están solos en estas Fiestas,  pero también por quienes están mal acompañados.
Por quienes no tienen una vida próspera y digna, para que puedan bendecir su mesa en abundancia; pero también rezo por aquellos que mucho tienen y no saben compartir.

Imploro
Por aquellos que dormirán en hospitales, en las calles, en refugios, en una pieza prestada, en una habitación de hotel o en una celda prisionera, lejos de lo que pueda sentirse como hogar.
Por aquellos que están agobiados por una enfermedad y apenas si pueden gozar su respiración.
Pero imploro más aún por aquellos que en su libertad están prisioneros ya que no viven de acuerdo a sus sentimientos e ideas; y por aquellos que aunque sanos de cuerpo tienen el corazón enfermo y no saben gozar de la vida.

Pido
Compasión para cada uno de nosotros y para quienes nos rodean.
Paz para tus palabras, tus ideas y tus pensamientos, porque esa paz traerá la paz a todo lo que te rodea.
Amor sembrado, regado, cuidado y enriquecido, para que te ames y así puedas amar mejor a otros.
Perdón aprendido, pedido, aceptado, brindado, compartido.  Ese perdón que libera y nos hace mejor cada día.

Rezo
Porque la Navidad no sea sólo un arbolito y un par de palabras.  Porque la Navidad renueve tu corazón, tus votos, tus sueños, tus deseos, tus metas, tu forma de caminar y tu forma de acercarte a los demás.
Rezo para que reces con el corazón y tu oración se respire en tus palabras, en tu andar, en tu hacer de cada día.

Bendigo tu nombre, bendigo el bien que me haces y el daño que sin querer puedas causarme, bendigo tu presencia, bendigo tu ausencia, bendigo tus palabras y tus silencios.  Te bendigo porque tu vida bendice la mía y así juntos aprendemos.

Susie 2013©