Muchas veces en la vida, nos toca hacer lo mejor que se puede, aunque en nuestro interior quisiéramos hacer algo maravilloso.
El aprendizaje está en aceptar, que en realidad,
hacemos lo que Dios necesita que hagamos, de manera perfectamente imperfecta y
bajo la Gracia Divina.
Lo mismo sucede con los milagros que esperamos o las
peticiones que fervorosamente realizamos a Dios. La mayoría de los pequeños y grandes milagros
se manifiestan a través de seres humanos que se prestan al Plan Divino y
cumplen con la Voluntad expresada a través de señales, sueños, intuición o
impulsos.
Cuando el mensajero que Dios pretende usar para obrar y
realizar su milagro está distraído o se resiste a cumplir con el mandado, la
energía deja de fluir y surgen impedimentos, hasta que Dios elabora otra
estrategia y encuentra otro mensajero dispuesta.
Anoche, por ejemplo, recibí una de esas visiones y
mensajes relacionados con los ‘muertitos’, como yo les digo cariñosamente. Mi primera reacción fue: no quiero, eso no,
por favor. Entonces, como era tan
intenso, me levanté para no dormirme con esa imagen y usé todos los recursos
posibles para consultar frente al altar, si lo que estaba viendo era producto
de mi imaginación. Pues no, en realidad,
la confirmación llegó de que era parte del servicio que se me viene pidiendo y
que de alguna manera resisto y demoro.
Así es que tomé nota de lo necesario y consagré mi nuevo servicio a Dios
nuestro Señor.
Pero lo que quiero compartir hoy, con la imagen de este
humilde Rosario / Coronilla Amorosa de la Reina de la Paz, es un testimonio.
Desde que la pequeña imagen de Nuestra Señora de
Medjugorje se vino conmigo hace unas semanas, comencé a leer el libro
Medjugorje escrito por José María Zavala, que contiene no sólo toda la
información de la Reina de la Paz, sino de otras apariciones, milagros y
mensajes.
Cada vez que leía ‘rezar un tercio del rosario’, no
comprendía muy bien a qué se refería y me quedaba con la curiosidad pero la
Madre insistía en que debía ocuparme de eso.
Estos últimos días han sido especialmente difíciles y
sólo la oración, la lectura espiritual, el reposo y le silencio, me ayudan a sobrellevar
las dificultades. Mientras rezaba el
rosario estos días, le pedí especialmente a la Madre y a Dios, recibir el
milagro del dinero suficiente para comprar mis tres medicamentos que tomo a
diario. Ayer una compra que llegó a una
de las tiendas, prometía que el milagro se anunciaba. Cuando desperté hoy lunes, descubrí que no
había otras ventas o transferencias, por lo tanto, sólo quedaba decidir cuál de
los dos más accesibles podía comprar con el monto que tenía. Pregunté a la Madre y me respondió específicamente
que comprara primero uno. Así es que
tomé una ducha y fui hasta la farmacia.
Le pregunté a la empleada que estaba de turno, cuál era
el laboratorio más barato para esa droga.
Entonces, escuché que la farmacéutica (la dueña), le hablaba y le decía
que yo siempre compraba ahí y pagaba en efectivo, no con tarjeta de crédito u
obra social y apareció con varias muestras de esa droga que la Madre me había
dicho que comprara primero.
--¿Le sirve?—preguntó la dueña.
Yo casi lloro de la emoción. Entonces pregunté por el otro fármaco que es
de más bajo precio y me alcanzaba justo para ese y una tira de aspirinas para
el corazón. Averigüé el precio actual
del medicamento más caro, para dejarlo como petición en el altar y me vine llena de gratitud y sintiéndome
enormemente bendecida.
Al llegar al departamento, encendí una vela en el altar
y busqué mi caja con cuentas e hilos.
Apenas si quedan unas pocas cuentas y no son las más bonitas, pero armé
el Rosario Amoroso / Coronilla para La Reina de la Paz, y así cumplir la
promesa que le hice ayer de rezarlo todos los días.
Después de leer varios capítulos del libro anoche,
busqué en Mercado Libre, opciones de rosarios o coronillas con la advocación y
la cantidad de cuentas indicados por Nuestra Señora de Medjugorge, pero no
había, y la única opción disponible tenía malas recomendaciones. La intención era dejarlo marcado como
favorito para cuando pudiera comprarlo, pero pensé que debía buscar en la
santería del barrio.
En el pedido que había hecho el fin de semana de dinero
para medicamentos, había incluido, por supuesto, el dinero para comprar Su
rosario. Pues no, indudablemente la
Madre no quería que lo comprara y por eso seguía cerrando puertas con eso. Necesitaba que me sentara a armar un rosario
con mis manos, mi corazón, mi intención, mi devoción y mi bendición.
De lo que se supone que debe llevar este rosario, solo
tiene la cantidad de cuentas pero no tiene una cruz, ni una medalla de su
advocación; apenas si logré encontrar un pequeño dije del Espíritu Santo.
¿Es lo que yo quisiera? No lo es.
Había imaginado un rosario precioso, con medalla de
Medjugorje, e incluso había pensado en hacer varios para regalar.
Hice lo mejor que pude con lo que tenía a mi alcance,
con los recursos disponibles y bajo las circunstancias de mi vida actual.
Siempre lo he dicho, muchas veces no importa qué
hacemos, sino cómo lo hacemos y desde que lugar de nuestro Ser.
Me parece humilde y defectuoso este rosario, sin
embargo, la imagen de la Madre María me mira y sonríe, complacida de que
cumpliré mi promesa con un rosario hecho con inmenso amor y desde la gratitud
de reconocer que no siempre los milagros llegan de la forma que queremos, sino
de la forma que Dios considera justo y necesario.
Los milagros de hoy han sido simples y sin embargo no menores:
· Recibir muestras gratuitas de uno de los medicamentos.
· Completar el Rosario Amoroso de Nuestra Señora de Medjugorje.
· Sostener la salud a pesar de las dificultades.
· Confirmar que las señales llegan cuando avanzamos en el camino que Dios nos indica.
Susannah
Lorenzo©
Tejedora
de Magia
En
Dios y con Dios, siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario