El bien y el mal no están afuera sino que conviven dentro de
cada uno de nosotros.
Alguien puede hablar mucho de lo que está bien y lo que está
mal y puede predicar con la palabra, pero lo importante será lo que haga a cada
momento, en silencio, en soledad o en compañía.
Alguien puede no hacer nada malo, pero albergar las ganas de
hacerlo y reprimirse simplemente por guardar la apariencia externa. En el fondo, aquello que desea es tan malo
como si lo hiciera, porque vive en su pensamiento.
El trabajo más importante es aquel que hacemos con nosotros
mismos, esos pequeños logros que no alcanzan repercusión, como ganar un centímetro más de luz en nuestro
corazón, deshacernos de pensamientos oscuros y sobre todo lograr la paz: la paz
en lo que pensamos, la paz en lo que sentimos, la paz en lo que decimos y
finalmente la paz en cada cosa que hacemos.
Susie
19 de octubre