Hay un silencio aterrador en mi azotea, no es el silencio
buscado en la paz de la meditación, es como si todo hubiera dejado de funcionar
correctamente. Peor aún, el proyector de
imágenes es incapaz de hacer juegos de luces y sombras. No hay ideas, no hay imágenes, no hay
visiones, no hay paneles solares, ni radares cósmicos.
Se podría decir que es el preludio de la nada o de la locura
que nos vuelve cuerdos.
Susie
19 de agosto de 2013