lunes, 11 de febrero de 2019

Rigidez

Ante la adversidad, solemos tomar una postura rígida. Nos enojamos, nos frustramos, nos decepcionamos, nos dejamos vencer.
Queremos resolver todo desde y con la mente, bloqueando emociones, razonando la salida más rápida y efectiva e intentando sobre todo, no generar ningún conflicto para no dañar a nadie.
Ante la enfermedad, queremos una cura mágica y milagrosa, instantánea y poderosa.
Ante la carencia, queremos tener la seguridad de una agenda cargada de servicios por cobrar o queremos vender todo aquello que tenemos en stock y nadie recuerda.
Ante la hostilidad, nos replegamos, nos mimetizamos con el entorno y evitamos sacar nuestra varita mágica para que no nos aten con camisas blancas.



Entonces, la mente se anula, se nubla, se turba, se confunde y en un tormento de preocupaciones, se vuelve nuestro depredador y deja de cumplir las funciones, para las que la necesitamos.


Luego, el cuerpo se enferma, tratando de plantar señales, allí donde ignoramos o reprimimos emociones; como una protesta contundente contra nuestros conflictos internos.


Cuando nos enfocamos en el afuera, en los otros y tratamos de complacer arquetipos impuestos, nos perdemos, nos abandonamos, nos quedamos sin fuerzas y sin ganas. Olvidamos nuestra esencia, nuestra misión, nuestra energía y subestimamos nuestros dones.


Si no podemos hacer lo que deberíamos hacer, empecemos por hacer aquello que dejamos de hacer y que tanto bien nos hacía. Retomemos el camino de regreso a casa, realizando aquello que nos da paz, que nos conecta desde el corazón, con el alma.


Lo importante no es forzar, ni renegar, ni luchar, ni tratar de domar la mente ni enterrar los miedos.


A veces, alcanza con llorar, dejarse estar, descansar el cuerpo y la mente, hasta que una voz interna nos 'despierta' y nos dice: "es por aquí"; aunque ese "por aquí" no tenga sentido para nadie más que nosotros.


Ser, estar, fluir.
Let go, Let God.
Susie
9 de febrero de 2019


A quienes preguntaron por mí, a quienes notaron mi ausencia, a quienes ofrecieron su ayuda: gracias.
Hoy he llenado mi mesa con cuadernos y apuntes, para retomar la tarea abandonada, para hacer las paces con las misiones que sólo Él conoce.
<3



No hay comentarios:

Publicar un comentario