martes, 26 de febrero de 2013

Dignidad


Me resisto, me niego:

A capitular mis derechos para que otros puedan ejercer los suyos;
A evaporar mi esencia para que otros puedan respirar;
A dormitar en el mundo de los vivos para que otros puedan amar de forma egoísta;
A renunciar a mi sueños y vuelos interiores para calmar el temor de quienes no saben volar;
A congelar mis dones en la hoguera que levantan prejuicios y falsas religiones;
A jubilar mis talentos porque el rebaño sólo compra envases y mediocridad;
A caminar al paso de los zombis para no perturbar mansas conciencias con mi baile;
A mendigar un plato de comida y un techo para perder mi dignidad a costa de mi signos vitales.

Me opongo, me rebelo:

A perder la memoria para que otros inventen mis recuerdos;
A vestir mi piyama a rayas y fingir que los muros son invisibles;
A profanar mi cuerpo para que otros decidan el estado en que vegeto;
A condenar la Mujer Salvaje, a embotellar el río subterráneo,  a vestirme de cenizas y olvidarme de mi nombre;
A hacerme cargo de culpas que no me pertenecen;
A ser condenada, discriminada, rechazada o exiliada por lo que soy.

Soledad Lorena
Madrugada 26 de febrero 2013





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